Las calles en París estaban llenas de colores, la nieve hacia eso un paraíso de color blanco pintando las casas de los parisinos de un ambiente cálido y a la vez familiar.
Se encontraba algo ansioso en su habitación, esa noche iría a casa de los padres de Marinette para pasar noche buena. No solo era ese sentimiento, también estaba nervioso ya que jamás había ido a conocerlos, nunca los había tratado, mucho menos ahora que eran novios ya que había sido decisión de Marinette por que aun no estaba lista.
Ahora se encontraba sentado en su cama, podía ver por el gran ventanal de su habitación como los copos de nieve caían de aquel cielo grisáceo, solamente giro su rostro al escuchar como la puerta de su habitación se abría.
–¿Adrien?–Pregunto su madre al encontrarlo–¿Sucedió algo malo?.
El rubio sólo pudo negar con su cabeza en un estado reflexivo. Pero aún así, Emilie no pudo evitar acercarse a su hijo sentándose justo a su lado.
–Claro que te sucede algo, siempre que estás preocupado o simplemente quieres pensar sales de tu departamento y vienes hasta aqui–Sonrió ella acomodando algunos mechones rubios.
Adrien soltó un pequeño suspiro para después hablar con sinceridad.
–Es solo que estoy algo nervioso, no se que hacer–Respondió con una media sonrisa apoyando sus antebrazos en sus rodillas. –Tengo miedo de que los padres de Marinette me rechacen, es todo.
La ojiverde no pudo evitar soltar una pequeña risa ante las palabras de su hijo, después volteo a verlo para acercarse y abrazarlo por la espadalda.
–Mi vida ¿Eso es lo que te preocupa tanto?– Pregunto ella mientras su hijo la observaba confundido. –Eso es lo de menos, Marinette te ama y es lo único que debe de importar, además ustedes ya son adultos, nadie debe interponerse entre ustedes.
–Lo se mamá es solo que... No quiero dar un mal ejemplo a sus padres ¿Qué tal si me tropieso y caigo encima de ellos... O peor aún...
–Adrien no sigas, lo harás bien, solo debes ser comos siempre eres con Mari.
El ojiverde sintió como una mínima esperanza se acoplaba en su pecho con las palabras de sí madre.
–Ella tiene razón hijo.
Levantó su mirada conectándola de inmediato con su padre el cual lo observaba desde el marco de la puerta, una vez que lo hizo se acercó a él sentándose justo a su lado imitando a su madre.
–Aunque ellos no llegarán a aceptarte, tu debes de luchar por lo que amas, y yo sé que te aceptarán, por que eres mi hijo, te conozco muy bien y se que eres un buen muchacho–Aclaro Gabriel regalando le una sonrisa– Lo se muy bien, Marinette esta encantada contigo y se que sus padres también lo estarán.
Adrien sintió como su corazón latía por aquella palabras, su ánimo había mejorado demasiado con tan simples palabras. Ahora el sabía perfectamente lo que tenía que hacer y lo iba a demostrar.
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–¿En dónde coloco estas galletas mamá?–Pregunto Marinette con un plato entre sus manos esperándo la respuesta de su madre.
–En la mesa, justo en el centro.
La azabache asintió llegando hasta aquel comedor acomodandola justo en el centro, no quería que ningún detalle se le fuera, ese día celebraria la navidad junto a su familia y estaba ansiosa ya que también Adrien estaría a su lado. Sus padres de hecho al principio se habían extrañado por su nuevo invitado, pero pronto sentían el por qué de eso.
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Un seul Café/Terminada
Fiksi PenggemarMarinette al ver forzados sus sueños de ser una famosa diseñadora, decide trabajar en una pequeña cafeteria la cual al poco tiempo fue de su agrado, hasta llegar a amar su trabajo. Hasta que un día lo conoce a él, Adrien Agreste al llegar a visitar...