10. Confianza

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La pareja salia de la sala de cine una vez terminada la película, ambos no dejaban de hablar sobre lo que había pasado al ver la cinta.

–No puedo creer que hayan cambiado las voces de la original, amaba tanto las otras.

–Lo se, créeme que estaba más acostumbrado, pero la película fue muy buena.

Marinette asintió mientras desechaba la basura en un cesto dejando la pequeña barra en su lugar y así encaminarse a la salida de la pequeña plaza donde se encontraban. En cuanto Adrien la sintió a su lado a la chica, no dudo en tomar su mano acariciando su dorso, la azabache en cuanto sintió su calidez lo miro a los ojos con un carmín adornando sus mejillas y una sonrisa en su rostro.

La ojiazul se salió de su burbuja al ver que se dirigían al auto del joven, se suponía que irían a caminar un poco.

–¿A dónde me llevas?–Pregunto soltando una pequeña risita al ver las intenciones de él.

–Ya lo veras, es una sorpresa.

Ella aun con su sonrisa en su rostro, hizo caso a las indicaciones del joven y subió al auto, uniéndose él después para así dirigirse al que sería su próximo destino.

Se alejaban de la ciudad, eso podía notarlo ya que podía ver cada vez más la espesura del bosque además de la frescura del viento chocando en su cara.

Adrien se detuvo y pronto pudo adivinar donde estaban, las matorrales que estaban ahí hacia que su incógnita creciera aun mas.

«¿Qué estarás tramando Agreste?»

Se preguntaba Marinette en su mente mientras veía al joven de ojos verdosos salir del auto y abriendo su puerta para que ella también lo hiciera.

–Es aqui– Dijo el rubio mientras ayudaba a salir a Marinette.

–¿En serio?–Pregunto ella mientras observaba a su alrededor– No te lo tomes a mal, solo que jamás había venido aquí.

–Pues hoy es tu día de suerte– Sonrió para después pedirme permiso para tomar mi mano.

La joven lo miro y después levanto su mano para así unirla a la de él. Sonrio en cuanto sintió el cálido tacto de su mano contra la suya.

En cuanto lo dos comenzaron a caminar más pronto se adentraban a los frondosos árboles. El sitio no era para nada malo, incluso daba demasiada tranquilidad estar rodeado de aquella vegetación, no se comparaba en nada a estar en la ciudad.

Adrien se detuvo, haciendo que de igual forma ella también lo hiciera. Lo miro a él y después a su alrededor.

–Aquí es–Hablo él mientras hacia lo mismo que la azabache para después pasar su vista hasta ella.

Inmediatamente examinó el lugar, se quedó boquiabierta por como estaba. Era realmente maravilloso, había un pequeño riachuelo que corría formando un camino junto a unas piedras que desbordaba en una laguna que quedaba a pocos metros de ellos. Además de que en esa parte había demasiada vegetación y cerca de ahí se encontraba un hermoso claro que los cubría un poco por los árboles dando una vista maravillosa a una pequeña colina. Podías escuchar a las aves cantar al igual que algunos pequeño animales que se encontraban ahí.

–Es... Increíble.

–¿Enserio lo crees?.

Ella no dijo nada, solo pudo dar un pequeño asentimiento con su cabeza y una pequeña sonrisa en su rostro. Adrien al igual que ella no pudo decir nada más que ver las expresiones de la chica quien miraba el paisaje en donde se encontraban.

Un seul Café/TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora