20. Lamentablemente.

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Abrió sus ojos y frunció el ceño, estaban a fines de marzo y la primavera había comenzado. La estación más linda de todas, flores, amor, risas, amigos. Pero, ¿Qué tal si Brendon se sentía en un permanente invierno? Notó como la habitación estaba vacia, Pete debía haber salido temprano a clases o algo así. Si no estaba equivocado, era viernes, chequeó su celular notando que era lo correcto.

Suspiró saliendo de la cama y caminó directamente al baño, seguía teniendo ojeras debido a su mal ciclo de sueño y sus ojos solo brillaban por lo irritados que estaban. Parpadeó un par de veces para quitar las lágrimas y refregó su rostro. Se sentía roto, ahogado, atado, estúpido.

Lo extrañaba.

Y no había tenido señales de él desde que lo llamó aquella noche hacía más de un mes, pero ¿Qué esperaba? ¿Que lo llamara pidiendo perdón? ¿Que lo buscara y arreglara todo?

Se metió a la bañera y se sentó abrazando sus rodillas, se sentía demasiado cansado de todo. Quería borrar a Dallon de su mente por completo, quería no haberlo conocido, no haberlo besado, no haberse acostado con él. Deseaba nunca haber tocado el cielo, así la caída no hubiera dolido tanto.

Pero una parte de él quería volver el tiempo atrás, ¿si actuaba diferente podría haberse ganado al castaño y esos hermosos ojos azules?

No sabía cuanto tiempo había pasado, los segundos se convirtieron en minutos que se transformaron en horas y oyó a alguien ingresar en la habitación. Miro la hora en su reloj y notó que eran casi las cinco de la tarde y que había estado siete horas en aquella posición esperando a reducirse solo a cenizas.

-¿Brendon?-Logró oir la voz de Ryan y solo intentó hacerse más pequeño en su lugar cuando lo vio ingresar al baño.-Dios, allí estás.-El mayor se acercó lentamente y se agachó frente a él.-Vamos, sal de ahí.

Rodó los ojos y dejo que el otro lo ayudara a ponerse de pie, ambos salieron y se sentaron en la cama del azabache. Seaman lo observó un poco antes de suspirar cansado.

-Brend, tienes que intentar dejarlo ir, te estás destruyendo y no voy a permitir que lo hagas. Tú no mereces que Dallon te haga esto. No mereces que te deje así.-Comenzó con suavidad y el otro lo miro de reojo.

-No lo entiendes.-Aseguró en un susurro y el tintado rió con pena.

-Hay muchas cosas que no sabes, Brendon.-Confesó mirando al suelo.-Y sé que debo decirtelas pero temo que no me quieras cerca tuyo luego de eso.

Brendon lo observó confundido, una pizca de miedo surgió dentro de él, pero confiaba en Ryan realmente.

-Puedes decirmelas.-Dijo sinceramente.-Y luego decidimos si te odio por eso o no.

El chico de cabello celeste se quedó en silencio unos segundos antes de tomar aire y mirar directamente a Brendon y abrir la boca para hablar.

-Si es eso de que eres amigo de Dallon, ya lo sé, ¿Ok?-Lo cortó antes de que el otro pudiera dejar salir una palabra.

-¿Qué? Pero, ¿Cómo?-Cuestionó sorprendido.

-Ryan, la noche que me encontraste gritando tomaste mi celular hablandole tranquilamente, no soy idiota.-Volvió a rodar los ojos.-Hace semanas recordé que te había visto en las fotografías de su cuarto.

-Nos conocemos desde pequeños, somos como hermanos desde siempre.-Explicó nervioso.-Pero fuimos más que eso por un tiempo.

Urie escuchó con atención y el miedo se fue, siendo reemplazado con lástima al ver la melancolía en los ojos de su amigo. Inmediatamente supuso que lo entendía completamente.

-Fue hace como cinco años, antes de que yo viniera al internado. Empezamos a pasar demasiado tiempo juntos y me gustaba, y yo a él.-Rió un poco.-Cosas de niños, eramos preadolescentes con hormonas alteradas, nos besabamos a escondidas en el baño de su casa. Y todo fue perfecto hasta que... un día él pensó que tal vez no era normal. Vio como todos nuestros amigos estaban con chicas y sentí que era reemplazado cuando comenzó a pasar más tiempo con su vecina. Pero seguía besandome y abrazandome y diciendome que me quería.

Pasó una mano por su cabello y negó lentamente.

-Dallon estaba tan confundido que ni siquiera podía consigo mismo, Brend.-Habló con tristeza.-Y yo lo sabía porque lo conocía desde siempre, lo notaba en sus ojos y simplemente no lo soporté. No quería ser algo que él usara, no quería ser una de sus conquistas, él era-Se interrumpió a si mismo.-Bueno, es mi mejor amigo. Así que le pedí a mi madre venir aquí, y me alejé de él a la fuerza. Tardamos como dos años en poder volver a ser amigos. Y creí que él ya había cambiado, pero luego apareciste tú.

El azabache tragó saliva, sintiendose ahogado nuevamente, sin interrumpir el relato del otro.

-Llegaste al internado y Dallon me contó de ti, diciendome que sabía que estabas aquí, me dijo que eras un buen amigo. Pude ver sus intenciones cuando llegó nervioso diciendo que tenía que contarte algo, la noche que llegó con una guitarra bajo su brazo y su corazón latiendo a mil por hora.-Frunció sus labios y miro a Brendon avergonzado.-Le dije que no debía hacerte esto, intenté frenarlo antes de que entrara a tu habitación pero él estaba lo suficientemente cegado como para querer verte, hablarte, frente a frente. Y lo siento.

Brendon se quedó en silencio por unos segundos antes de mirar a su amigo, iba a responder cuando su celular sonó y sus ojos se llenaron de lágrimas nuevamente.

El nombre de Dallon brillaba en el medio de la pantalla, parecía insistente y sintió la mirada de Ryan en él cuando lo tomó para responder.

-Solo una oportunidad más.-Fue lo primero que dijo el castaño cuando respondió.-Sin secretos, sin mentiras.

-Acabo de hablar con Ryan.-Soltó con su voz temblorosa.-No quiero que me hagas más daño. Y es estúpido todo esto, porque te amo y sigo sintiendo esto que me está quemando poco a poco. No soporto seguir pensandote, lo siento mucho.

-Tú, ah, ¿me amas?-Preguntó el otro con nerviosismo en su voz.-Quiero decir, ¿tú...?

-Lamentablemente, Dallon.

-Oh.-Se hizo un pequeño silencio.-También te amo.

El menor cerró sus ojos con fuerza, sintió sus manos temblar y un vacio crecer en su pecho, respiró un par de veces antes de responder en un tono firme.

-No lo haces, cariño, nadie lo hace.

Su tono de voz era tan frío y seco que Ryan lo miro sorprendido y Dallon se quedó sin aliento del otro lado de la línea. Brendon no entendía si lo decía para si mismo o para el castaño, no sabía si valía la pena hacerselo saber.

-Brendon, por favor...-Volvió a hablar el adolescente.-Lo siento.

-No mientas, Dall. No sigas usandome así.-Siguió hablando con el mismo tono.

-No lo entiendes...

Simplemente cortó la llamada y toda la fuerza que había tenido por unos segundos se desvaneció, pero no lloró.

Quería hacerlo, quería llorar y gritar de nuevo, quería romper cosas, quería romperse a si mismo, quería que Dallon sintiera todo eso.

Pero simplemente se quedó con su vista apuntando al suelo, y al levantar la mirada hacia Ryan este lo notó.

Notó como el tierno y débil Brendon se había ido delante de sus ojos, y se arrepintió de no haber hecho nada para evitarlo.

Lamentablemente.

-¿Vamos a cenar?-Rompió el silencio poniendose de pie.

-Vamos a cenar, Brend.

[Second boys will be first choice] brallon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora