“El lobo aulla a la luna porque extraña a su amada que solo la puede ver más no tocar. Yo pudiera tocarte, playa, pero estoy atado.”—Distress Aitken.|•|
<¿En dónde esta?, ¿Por qué no la buscas?> preguntó con enojo su interior, la conciencia de Distress quien empujaba por salir del interior. Luchaba por tener el control y salir a buscarla pero no podía <Debes encontrarla> necesitaba que Distress estuviera más débil para surgir o que el mismo lo deje salir.Distress gruño moviendo de ambos lados la cabeza buscando comodidad pero le dolía la parte de atrás a millón. No era intenso pero si jodía. Abrió con lentitud sus ojos, lo primero que vio fue la luna a través del gran ventanal que tiene su habitación, era la única iluminación pero bastaba para un lobo, el ático es su habitación y su ventana da directo al cielo tiene la mejor vista y lo ama pero no tenía tiempo para eso.
<Busca> la voz hizo presencia, se dio cuenta que era la suya resonando en su interior en tres tonos más profundos dándole un aire salvaje y peligroso.
Distress quería obedecer pero también quería tocarse la cabeza pero no alcanzaba, un sonido lo hizo abrir sus ojos y agudizar su oído. Un sonido de metal. El lobo no tardo mucho en enfocar un problema no solo para tocarse la cabeza sino también para buscar a la chica. Estaba encadenado a su cama.
—La hembra...— murmuro arrastrando las palabras.
— Mm. Despertaste.— hablo su padre quien estuvo sentando en la silla del escritorio pacientemente esperando a que su primogénito despertara del sueño obligatorio cortesía de Jeo.
— ¿Qué te dijo Danger? —demandó saber el lobo entrando en cólera.— Todo es mentira.— como siempre la culpa la tenia su soplón hermano estrella, él se atravesó entre su hembra y él...¿su hembra?
<Nuestra> le corrigió la voz en su interior distrayéndolo de la presencia de su padre. ¿Su hembra? <Nuestra> repitió la voz tratando de hacerlo aceptar los pensamientos en conflicto que tiene.
— Tus hermanos...— corrigió su padre agregando no solo a su lista negra a Danger sino a los otros dos.— Dicen que trataste de traer a una chica humana a la casa, ¿eso es mentira?
<No>
— Si.— gruño bajo odiándose por mentir pero tampoco quería admitirlo en alto. ¿Por qué quiso llevársela?, ¿Por qué quiere encontrarla? ¿Fue su olor? Olía a agua salada, brisa marina y un suave aroma coco. La playa. Él odia la playa.
<No odiamos a nuestra playa>
— ¿Tampoco te peleaste con Danger por ella ni enloqueciste cuando notaste que Jeo la devolvía donde la encontró? —su padre, el retirado doctor Forest Aitken se cruzó de brazos escéptico a las palabras de su hijo. Su padre sabe que Danger tiene fama de soplón pero si los tres «Danger, Jeo y Hazzard» dicen que eso paso es por algo.
— Solo gruñi.— admitió parte de lo que paso ya dejando en claro que era cierto.— Jeo no tenia porque meterse, jamás se mete donde no lo llaman.
— Danger admitió pedirle eso cuando tu no mirabas.— confeso su padre.
—cabrón... — volvió a gruñir y con más fuerza tirando de sus cadenas. Ahora si su hermano se las vería con él. — Traerlo ante mi.
— Calmate.— pidió con seriedad.—No dejes que tus emociones te dominen.— aconsejó por experiencia.— Cuando te dejas cegar en tu estado pueden pasar muchas cosas.
— ¿Mi estado? No cabe ni la remota posibilidad que este embarazo, explicate mejor padre.— exigió intentando obedecerlo y no pensar lo satisfactorio que seria lanzar a Danger por una ventana.— A mi hablame en cristiano.
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C i r c.©
Hombres Lobo[PAUSADA] "Debo llevarte a mi dominio, alimentarte, cuidarte, todo lo que implique tu persona es mi asunto y mayor prioridad. Eres mía, playa."- Distress Aitken. Circce y su melliza huyen de su hogar para acabar ocultándose en un pueblo cercano a Po...