Dulces de leche

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Pelinegro, el gato era pelinegro, sus orejas y cola eran del mismo color.

Me puse de cuclillas frente a él cuando comenzaba a despertarse.

Al principio miró a todos lados desorientado, después se percató que estaba atado a un árbol y después de mi presencia y la de Bill.

-Humana insolente ¡Suéltame ahora!

-No hasta que me digas donde esta mi hermana.-Sacó una de mis pistolas y la pongo en su frente.

-Wow, wow, wow, alguien forjó su carácter en esta dimensión. Me pregunto que mas... -Le disparé a Bill en el pecho y volví a apuntar al gato.

A veces me gustaría que las balas hicieran un daño mayor.

El chico-gato tragó en seco y frunció el ceño.

Después bajó la mirada y sonrió de lado.

¿Qué es lo que...? Maldita falda corta.

Mis mejillas comenzaron a arder mientras un par de brazos me levantaban y me alejaban del gato.

-Hey, él único que puede admirar esa vista soy yo.-Se quejó el exdorito.

¿Que?

-¡Bill, cállate!-Grité mas roja que antes.

El gato abrió los ojos como platos y miró a Bill con miedo.

-¿B-bill? ¡¿Bill cipher?! ¡¿El demonio Bill cipher?!-Bill sonrió de forma siniestra y él gritó escandalizado, moviéndose frenéticamente.-¡Por favor, no me maten!

-Deja de gritar, fastidias.-El gato calló al instante.-Buen chico. Ahora, dinos a donde se llevaron a la pequeña rubia.

-E-en el castillo del rey. E-esta a 3 días de aquí.

-Podemos interceptarlos antes de que lleguen al castillo.

-N-no. Utilizarán los dispositivos de teletransportación y después los apagarán para evitar que algún enemigo los use.-Gruño molesta.

Esto no esta mejorando nada. Necesito recuperar a mi hermana ahora.

-Well, well, well, esto tardará un poco.-Dijo Bill llevando sus manos a su nuca.

Lo odio, lo odio.

-¿En que dirección?-Pregunto.

El gato miró de todos lados, hasta que señaló son la mirada al horizonte.

Bien, tengo un camino largo por delante.

Voy a capar a todos los gatos de esta dimensión si se atreven a hacerle algo a mi hermana.

**

-¿No crees que ya llegaste a tu límite?-Preguntó Bill con una sonrisa de lado.

Ni siquiera tenía energía como para mirarlo de mala forma y, por mucho que me doliera admitirlo, tenía razón. Pero eso no importaba.

-No hay tiempo para retrasos... Mientras mas rápido rescatemos a Danielle, mas rápido podrás llevarnos de vuelta a nuestra casa.

-Dudo que cansada, con bolsas dentro de las bolsas bajo tus ojos y con las piernas temblandote como gelatina puedas infiltrarte en un castillo con una muy buena seguridad para rescatar a tu hermana.-Se puso frente a mi y me detuvo, dejando sus manos descansadas en mis hombros.-Oh, y no olvidemos a los guardias felinos con visión nocturna y buenos reflejos... Con armas de última generación y...

Dejé de escucharlo y caí al suelo.

Llevábamos 2 días de viaje. Dos días en los que no he dormido, intentando ahorrar tiempo para llegar más rápido hasta donde tenían a Danielle.

¿Cuarta pared? ¡Ja!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora