Malteada de fresa

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—¡Te dije que no la lastimaras!—Gritó Ares empujando a su hermano de una patada y sentándose a horjadas sobre él, sin dejar de golpearlo.—¡Te lo dije! ¡Te lo advertí mil veces!

—¡Ares, detente!—Grité.

Ambos estaban ya muy golpeados, no parecían tener intención de separarse.

De repente Hades golpeó en el estómago tan fuerte a Ares que le sacó el aire.

¡No!

—¡Bill Cipher!—Lo llamé desesperada.

Tal y como dijo, apareció segundos después que lo llamé. De nuevo vistiendo su habitual traje negro.

—Si hubiésemos apostado habrías perdido.—Su sonrisa desapareció al verme.—Hey, ¿Por qué esa cara?

—¡Hay que separarlos!—Dije con los ojos cristalizados, a punto de ponerme a llorar.

Bill frunció el ceño y tomó el collar que me había dado entre sus manos y cerró los ojos por unos segundos.

—Así que eso fue lo que pasó.—Murmuró limpiando una que otra lágrima que caía por mi mejilla.—Bien, los separaré.

Caminó con paso lento hacia ellos y con un chasquido los mandó a volar en direcciones separadas hasta que ambos chocaron con pared.

—¡Bill!

—Upps.—Dijo con una expresión seria.

Corrí hacia Ares, tenía un muy mal aspecto. Tenía el labio y una ceja partida, y el pómulo de la mejilla izquierda comenzaba a tornarse rojo.

—Hay que llevarte a la enfermería.—Él negó sin poder hablar, respiraba entre jadeos y no dejaba de abrazar su estómago.—Bill, ayúdame.

—¿Tengo que hacerlo?—Lo miré mal.—Ok, ok, no te enojes, Linda.

—Ya pueden parar con eso.—Me tensé al escuchar la dolorida voz de Hades.—Sé muy bien que todo ese numerito de ayer fue una farsa.

—Me estas comenzando a irritar, saco de carne.—Comentó Bill quitándose su sombrero y poniéndomelo a mi. Levantando él solo a Ares de una forma no muy delicada, quien se quejó en voz baja por el brusco movimiento.—Se siente genial, ¿No?

Tonto, este no es el momento para hacer esos comentarios.

—Vamos, la enfermería esta por aquí.

Antes de poder evitarlo, Hades me jaló hacia él, abrazándome por detrás e inmovilizándome de nuevo.

—¿A dónde crees que vas Ju-di?—Susurró cerca de mi oído provocándome escalofríos.

—Suéltame.—Dije entre dientes.

—Ay, saco de carne, deberías de saberlo.—Soltó a Ares y este cayó al suelo quejándose de nuevo.—No te metas con mujeres ajenas... En especial si la mujer le pertenece a un demonio~...

Con un chasquido de sus manos terminé flotando en el aire junto a él, mientras Bill cambiaba de una forma realmente aterradora su forma humana a la de una pirámide gigante con 4 brazos y muchos colmillos.

Primero su piel comenzó a tornarse roja. Después sus ojos se juntaron hasta formar una sola cuenta teñida de negro. 

Incluso se podía escuchar como sus huesos se rompían al tomar su verdadera forma.

Mierda, esto posiblemente me diera pesadillas sino estuviera acostumbrada a su explosivo temperamento.

—Bill, cálmate, no hagas nada de lo que tienes en mente.—Inútilmente agitaba mis brazos aun flotando, intentando moverme, pero nada sucedía.—Las personas no tardarán en llegar y me meteré en problemas si te ven.—Me sobresalté cuando él dejó de mutilar con la mirada a un muy asustado Hades y me miró a mí.

¿Cuarta pared? ¡Ja!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora