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Naruto se quedó sorprendido al decirle que no lo recordaba, pero no lo exteriorizó. Ambos azabaches se alejaron para ir al despacho del Uchiha donde apenas quedaban unos minutos para que apareciese el padre de Hinata. Al cerrar la puerta, la azabache  dejó a Sarada en el suelo y  llevó el carro a un sitio donde no molestase. Hinata sonreía nerviosa  a su hija, la cual estaba bostezando mucho. La azabache la acostó en el sofá del despacho y comenzó a acariciarle la barriguita.

-Es muy dormilona - dijo Hinata  viendo a su hija que acababa de dormirse-.

-Tu tambien eres  muy dormilona a veces - contestó Sasuke desde su  escritorio-.

Ella sonrió  a Sasuke y en ese momento la puerta fue tocada. Hinata  tapó a la pequeña y enseguida se puso al  lado de Sasuke y este pudo decir que pasara.

Por la puerta entró un hombre de unos 45 años, de pelo castaño largo, ojos perlas y traje negro.  Tenía un aire aristocrático y duro. Lo que menos hubiese esperado ver era a su hija al lado de aquel hombre que lo habia citado.

-Bienvenido señor Hyuga - dijo Sasuke de la manera mas educada posible, ya que lo único que quería era meterlo en la carcel-.

-Buenos días - dijo en el tono seco de siempre-.

-Buenos días padre -  dijo Hinata mientras lo miraba y veía la mueca de asco que le ponía-.

-Largate los mayores vamos a hablar - contestó Hiashi a esas palabras de su hija -.

-Viene a hablar con ella - dijo Sasuke levantandose  del asiento y poniendo sus manos en la mesa-.

-Veras, padre tuve un accidente y al despertar del coma no recordaba nada. Los primeros recuerdos que tuve fueron  del último día que te vi y posteriormente he seguido teniendo recuerdos anteriores a ese. Me gustaria saber que le hice para merecer todo aquello.

-¿Crees que tus historias lacrimogenas me haran  tenerte pena? - Contestó Hiashi.

-No se lo he contado para que me ataque, solo quiero comprender - contestó Hinata a su pregunta-. Me desperté en un hospital al lado de una persona de la que no recuerdo mi vida con ella, me desperté confundida y sola. Solo quiero comprender  porque nunca te preocupaste por mi como hubiese hecho cualquier padre.

-Porque eres una decepción constante para mi desde el mismo dia que supe que venias al mundo. No lo has entendido despues de todo este tiempo. Tu madre era una puta y lo único que queria era mi dinero. Cuando naciste lo  iba a contar a la prensa, le di dinero por su silencio y por ti. La muy zorra ni rechistó por entregarte.

-Si no queria que estuviese en tu vida, ¿porque no pagaste por su silencio y que me dejase  abandonada en cualquier iglesia cercana?

-Tus malditos ojos  te delataban como mi estupida hija- dijo Hiashi en tono alto y mirandola-.

Sarada comenzó a llorar y la mirada de los tres adultos  recayó en ella. Hinata enseguida se  acercó a ella y la cargó en sus brazos y  comenzó a mecerse para calmarla. Con su mano libre acariciaba sus cabellos y pronto la pequeña se quedó callada.

-Aunque tu siempre me trataste mal, yo siempre esperé  que me dijeses que  era una buena hija pese a todo.  Que al menos me querias en el fondo.

-¿Quién es esa? - Preguntó él mirandola.

-Ella es Sarada, la hija a la que no he podido cuidar durante el tiempo que estuve en coma. Me perdi el embarazo, su nacimiento y su vida hasta  hace una semana cuando desperte y  precisamente tuve que  recordar precisamente aquello que siempre quise olvidar -Hinata  lo miro mientras  abrazaba a su pequeña hija-. Sera mejor que te vayas, ya se lo que tenía que saber.

Hinata salió de la habitación y comenzó a caminar por la plata para calmar a la pequeña Sarada y no ver a Hiashi marcharse. Sasuke le había avisado de que aquello iba a ser una perdida de tiempo y efectivamente así habia sido. Ella estaba aguantando todo lo que podía para no llorar y así no dar razones para que Sasuke se preocupase por ella.

Cartas a Hinata: Lo que no me dio tiempo a decirteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora