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Ya había pasado una semana  desde que Hinata se había ido del apartamento. Sasuke se encontraba solo todos los días. Se quedaba horas en la habitación de su hija. A Sarada la había visto todos los días, su madre la llevaba todas las tardes.  Él podía verla, estar con ella y disfrutarla, pero no estaba Hinata para atesorar esos momentos con ella.

Hinata por su parte se había ido a casa de sus padres. Apenas salía de la habitación.  Sabía que había reaccionado de forma irracional, pero  las cosas que él le había dicho eran muy feas y aún le dolian y mas porque ella tenía una buena noticia que darle y no la dejó explicarse. No le hechaba la culpa del accidente, ella se lo había buscado sola por no mirar  antes de cruzar. Le agradecía todo el tiempo que estuvo cuidandola en el hospital y la cuidó cuando despertó. Cuidó de su hija por ella y luego en casa siempre estaba pendiente de lo que ambas necesitasen. Suponía que intentaba compensarla porque se sentía culpable, pero la pregunta era de que, ¿de haberle dicho tosas aquellas cosas o del accidente que la mantuvo en cama durante 15 meses?

El problema es que ella quería volver, pero no sabía como hacerlo. No podía simplemente llegar y volver a guardar sus cosas. Le debía una disculpa a Sasuke por haber huido como la cobarde que era, por no querer afrontar aquella situación. Sasuke era un buen hombre, era atento con su hija, atendía a su familia y amigos, era trabajador, tenía un gran corazón, era benevolente con sus trabajadores y era consciente de lo mucho que  las quería a ella y a Sarada, pero, seguramente, el estaría molesto por su actuar y sería dificil hablar con él.

Hinata salió durante la tarde, cuando la casa estaba sola. Salió al lugar al que iba cuando su padre le pegaba. Era un bosquecillo, con un pequeño riachuelo y una pequeña cascada. Ahí pasaron gramdes cosas para ella. Fue donde ella y Sasuke se dieron su primer beso, donde ella se le declaró al día siguiente, tambien se entregó por primera vez al hombre que amaba y fue donde concivieron a su hija. Aquel día era el último que recordaba haber estado allí. Ella sabía que fue ahí donde concivieron a su hija por dos razones  en aquel entonces hacía mas de un mes que no mantenían relaciones intimas y esa fue la única  vez que lo hicieron antes de que se enterase.

Se sentó en su lugar favorito, aquel árbol  en el que habían grabado sus nombres. En el que todo  había ocurrido.

Mientras, Sasuke  estaba jugando  con Sarada en la habitación de su apartamento. No sabía que hacer, pero no iba a permitir  que volviesen a estar separados. Haría lo que fuera para arreglarlo todo y  que  volviese a casa. Ese día iría él a llevar a su hija a casa de sus padres en vez de que su madre fuese a recogerla.

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Nota: Siento mucho la tardanza, pero sigo igual y ademas mis examenes de final de trimestre se acercan así que  casi no tengo tiempo. Intentare este fin de semana preparar algunos capis de esta historia  para irlos subiendo cuando toque. Gracias por todo vuestro apoyo  y comentarios

Cartas a Hinata: Lo que no me dio tiempo a decirteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora