Capítulo 16: Por fin te conocí

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POV: Alex Vause

Mi rubia preciosa estaba sentada en el sillón mientras usaba el computador planeando su clase, ese día había sido muy duro para ella, ver a sus padres en su contra debe haber sido muy difícil, pero teníamos que celebrar que su divorcio ya estaba en proceso.

— Cariño, pedí pizza para cenar, ¿quieres que miremos una película?

— ¡Lo siento, Al! tengo mucho trabajo.

— Pipes, deja eso. Estas muy tensa no harás las cosas bien, sé que necesitas hablar de lo que paso hoy, adelante para eso estamos las parejas — me acerqué a ella y le masajeé el cuello.

— Tengo miedo de perderla — mi novia se veía tan vulnerable, tan débil a causa de esos idiotas si los tuviera cerca les rompo su maldita cara.

— No lo harás cariño, Fahri está haciendo un buen trabajo.

— ¿Fahri? ¿Cómo es que sabes el nombre de mi abogado? nunca has hablado con él — ¡Dios! había metido la pata, sabía que en algún momento pasaría.

— Ehhh... yo lo escuché hoy mi amor, pero estas muy tensa porque mejor no te ayudó a relajarte — me senté en el regazo de mi mujer e inmediatamente metí mi mano en el diminutivo short que llevaba, ella se recostó al sillón al sentir mis dedos acariciando suavemente su sexo.

Seguidamente me lancé a besar su cuello, ella metió sus manos en mi camisa para sacármela, yo hice lo mismo con la de ella nos besábamos y nos tocábamos con tanto deseo, la entrepierna de mi rubia ya estaba echa un fuego y le metí dos dedos hasta el fondo, ella gimió y abrió más las piernas para mí, no dejaba de besar sus deliciosos labios con pasión, ella enterraba sus uñas en mi espalda y eso me prendía mas, la penetraba con más furia y ella arqueaba toda su anatomía.

Me levanté de su regazo y me arrodillé frente a ella y hundí mi cabeza en su sexo, ella gritó con vehemencia, me apretó más a su deliciosa vagina que empecé a lamer con mi lengua extendida de manera lenta pero precisa, sentir el sabor de mi rubia me llevaba al éxtasis, la amaba tanto, tenia mis manos apretando su trasero tenía la necesidad de saber que ella era mía.

Chupaba sin parar su clítoris, ella tenía sus piernas rodeando mis hombros, su musculo estaba rígido sabía que dentro de poco iba a invadir mi boca su delicioso goce la volví a penetrar bruscamente y empezó a contraerse, apretaba de una manera tan deliciosa mis dedos dentro de ella, mientras gritaba mi nombre, lamí lentamente cada gota de sus deliciosos fluidos, subí hasta su boca y le di un sediento beso, mi rubia aún estaba débil, la tomé en mis brazos y la llevé hasta la cama, nos quedamos abrazas un rato y después dimos rienda suelta a nuestro amor de nuevo.

Habían pasado varias semanas desde la primera audiencia, las cosas según mi abogado marchaban bien, aunque tenía que estar bastante pendiente de Piper, estaba muy sensible por estar lejos de su hija. Mi mujer salió temprano a trabajar, me quedé un rato en casa haciendo tiempo para que ella llegara a la universidad, salí con mi ropa casual, tennis, camiseta y chaqueta, estaba a punto de entrar a mi auto cuando escuché que me hablaron

— Aparentemente hoy toca ser la sucia Vause, ¿Qué hoy no aparece Alexandra? — rápidamente me volteé a ver quién me hablaba, fruncí el ceño y m acomodé mis lentes un poco nerviosa.

— ¿Qué quieres y por qué me hablas?

— Alex Vause o Alexandra Prepon ¿Cómo prefieres llamarte? ¿Cuándo se lo dirás a mi esposa? — hizo énfasis en la última palabra, maldito hijo de puta no era tan idiota como parecía, lo sabía.

Me iba a hundir, Dios, tan intensa relación que llevaba con mi chica y este imbécil lo iba arruinar, tenía que ser fuerte y no dejarme amedrentar por ese idiota, pero soy más lista que él.

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