Capítulo 12: Un nuevo día ha llegado

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POV: Piper Chapman

Aclarado el mal entendido de la perra de Silvia retomé mi relación con Alex, con mi novia, ahora me pertenecía de nuevo, era mi chica otra vez. Me desperté temprano me di una larga ducha y salí feliz a hacer el desayuno de mi pequeña, despejé mi mente con un café bien cargado pues ese día tomaría decisiones muy importante en mi vida.

— Tay, amor ¿quieres que por la tarde horneemos galletas con chispas de chocolate? — pregunté a mi hija entusiasmada comiendo su desayuno.

— ¡Claro, mami me encanta cocinar contigo!

— Piper, me puedes hacer unos huevos estoy aburrido que comer cereales. — interrumpió nuestra conversación mi marido que bajaba a desayunar.

Respiré hondo para poder guardar la calma frente a Taylor, no podía seguir un día más durmiendo con un hombre al que no amaba, es más que nunca amé. Afortunadamente mis padres bajaron a los pocos segundos salieron llevándose a mi pequeña al colegio. Me quede sola con Larry y el momento había llegado.

— ¡Cariño, mis huevos! tengo varias series de Netflix esperándome, ahhh y también me puedes hacer palomitas y un sándwich. — me pedía el idiota mientras bostezaba.

— Larry, huevos son los que hacen falta, ¡ya estoy harta de tus mierdas! no te soporto más, no buscas empleo, eres un bueno para nada, esto ha llegado a su límite. — expuse con los dientes apretados viéndolo fijamente.

— ¿Estas con tu periodo, Piper? — preguntó en un tono tan idiota.

— No, lo único que quiero es que te largues de mi casa hoy mismo, no soporto seguir aguantando tus estupideces, tus ronquidos horrorosos, tener que mantenerte, escuchar tus ridículo chistes, tener que compartir la cama contigo cuando no te amo, tener que fingir ante mi familia que eres buen esposo cuando en realidad eres una mierda de hombre que no se da cuenta nada de lo que hace o siente su mujer. ¡Lárgate ahora de mi casa! Larry esto se terminó — grité como loca con el rostro enrojecido mientras mi marido me miraba atónito, pues nunca me había visto tan alterada.

— ¿Pipes, estas drogada? Por eso no me pareció la idea de que trabajaras en un bar — dijo apático, ¿como me había casado con tremendo idiota?

— ¡No me llames Pipes! tú no tienes el derecho de llamarme así, y hablo en serio vete de mi casa hoy mismo, quiero el divorcio Larry ya no quiero estar con un bueno para nada como tú. Y trabajo en un restaurante, no en un bar imbécil — le lancé un sandwich en la cara furiosa.

Le llevó bastante tiempo comprender que estaba hablando en serio y me preguntaba a mí misma ¿en qué momento se me pasó por la cabeza casarme con semejante imbécil? gracias a Dios mi hija había heredado mi genotipos.

Llamé a la universidad explicando que había tenido un inconveniente familiar y que llegaría un poco tarde, esperé en casa hasta que mi marido se fuera, no lo estaba dejando solo por estar con Alex, sino porque nuestra relación ya era toxica, ya me estaba dañando desde hace tiempo, y no me importaba que mi madre se pusiera a pensar en el que dirán ahora tenía dos empleos y contaba con el apoyo de mi chica de lentes.

— Piper, antes de irme solo dime algo —expresó con voz casi inaudible y los ojos hinchados de tanto llorar.

—    ¿Que, Larry? — dije seca.

— ¿Me dejas por alguien más? ¿hay otra persona en tu vida?

— Si, Larry, el amor de mi vida — le confesé y luego me monté a un taxi rumbo a mi trabajo.

POV: Alex Vause

Mi día pintaba genial me miré en el espejo y sonreí feliz, mientras me acomodaba mis lentes y mordía mi labio inferior, ella era mi novia de nuevo, ahora tenía un nuevo propósito conquistar a su hija, porque claro ella tenía que aceptar mi relación con su madre.

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