Capítulo 20: Some Like you

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POV: Taylor Bloom Chapman

Me encantaba estar de regreso con mi mamá, por fin estábamos juntas para cocinar, leer y decirle lo mucho que la quiero, pero sabía que ella no estaba del todo feliz porque ella quiere a Alex. Mi madre le mandó un mensaje para que no se fuera, pero no le había contestado, llamé a tío Cal y le dije que me llevara a la casa de Alex aprovechando que mami estaba en el baño y siempre tardaba horas.

Tocamos varias veces la puerta pero nadie atendía, no me quería ir de ahí sin ver a Alex, no quería que mi mamá estuviera triste, insistimos tocando hasta que escuchamos unos pasos venir hacia puerta salté de alegría.

— Hola Alex.

— ¿Taylor, Cal?

— ¿Estabas llorando, Alex? — le pregunté curiosa.

— Vause, tengo que ir a arreglar unos asuntos ¿Te quedas un rato con TayTay?

— Ehh... — le hice una carita de súplica para que aceptara — está bien — respiró hondo y me invitó a pasar.

La casa de Alex era bonita, tenía muchos lugares ideales para jugar con mis muñecas y había una hermosa vista para leer con mi mami.

— ¿Por qué querías verme, Tay?

— ¿Te vas a ir Alex?

— Sí, en un par de horas salgo.

— ¿No recibiste el mensaje de mamá?

— Sí, pero no la merezco no soy la mujer que ella siempre quiso que llegara a ser.

— ¿Por qué lo adultos son tan raros? Las personas que se quieren deben estar juntas, yo quiero que estés con mi mamá, Alex quiero que seas mi otra mamá, tengo una compañera de clases que tiene dos papás, por favor Alex habla con mami ella está triste por ti no quiere que te vayas.

— Tay, ella dice que no quiere saber nada de mí.

— ¡No es cierto! por eso te mandó el mensaje, pídele que se case contigo, vamos Alex, vamos a comprar el anillo.

POV: Alex Vause

A mis 30 años estaba siendo convencida por una niña de ir tras su madre, era una completa locura, tenía mucho miedo esa chiquilla era demasiado astuta hasta podría creer que fue ella quien mandó ese correo y no su madre, pero estaba ahí caminando de su mano en la calle en busca de una joyería.

Muchas dudas rodaba por mi mente, ¿Y si ella me despreciaba?, ¿Y si en verdad me quería? ¿Y si era demasiado pronto para pedirle que se casara conmigo? ¿Y si estaba con alguien más? ¿Y si me rompía el corazón?

— ¿Alex, hey estás ahí? — la niña saltaba tratando de captar mi atención.

— Eh... disculpa, Tay ¿Qué pasa?

— Señora su hija escogió una sortija y quiere que la vea — ¿mi hija? el vendedor miró a esa dulce pequeña como mi hija, ella me observó y sonrió feliz solo puede regresar el gesto.

— Pequeña, te aclaro que la sortija que escogiste de es de compromiso, tengo otras opciones para tu mami, ¿Quieres que te las muestre? — preguntó amable el hombre, yo solo escucha.

— No, esta es perfecta mi mamá le pedirá matrimonio a mi otra mamá — ¡Dios que estaba diciendo esa pequeña criatura! mi rostro se enrojeció por completo.

— Ohhh entiendo, entonces es el indicado, ¿Señora, usted está de acuerdo?

Era una preciosa sortija de oro blanco, con un conjunto de perlas que formaban un infinito, sabía que a mi rubia le encantaban los infinitos, aún nerviosa pagué el anillo y salimos con destino a la casa de Piper. Las piernas me temblaban cuando estábamos a unos pasos de la entrada de la casa, Taylor tomó mi mano y me arrastró hasta la puerta.

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