Sueño de Unión.

11) "Nuevos caminos"

Levantar Platonis nuevamente sería una tarea bastante complicada, pero con la ayuda de Calum y Hildegart al menos estaría protegido por un tiempo y no debería preocuparse por la seguridad. No podía saber Retzel si la Utopía vendría a esos lugares, pero el tener cuidado era algo esencial. Mientras dormía, en sus sueños veía a un joven perdido, con una herida en su hombro izquierdo. Escalaba una cascada con mucha dificultad. No entendía porque pero, sentía mucho dolor y preocupación por aquella persona.

- ¡Cuidado! – grito, despertándose alarmado y despertando a Calum que recientemente conciliaba el sueño.

- ¿Qué sucede, my lord? – pregunto

Respiraba con dificultad y sudaba mucho, pero lo extraño era que él podía escuchar una voz, que Calum no podía, diciéndole una y otra vez:

"Ve a la cascada"

Entre la gente de Protega se dice que los sueños albergan indicios y cosas que pasaran en el futuro. Muchos son aquellos que logran tener sueños o visiones sobre algún futuro próximo, pero... soñar con el pasado es algo que solo los reyes pueden hacer.

*Utopía*

- My lord... muy impresionante. – decía Alexander mientras rondaba a Robert, que se notaba muy cansado tras unos cuantos minutos de pelear con los Paladines.

- Tus amigos no llegaran muy lejos. – Card blandía su espada. – Yesky los traicionara seguramente.

Robert permanecía en silencio mientras pensaba en una forma, alguna estrategia que le permitiese salir de aquella situación tan peligrosa.

- ¡Rápido!... deben cabalgar rápido y sin desviarse de mí camino. – Yesky llegaba al establo con Troy, Elis y Adrien. – Los caballos son rápidos, muy rápidos. Pero deben tener cuidado ya que podemos llamar la atención.

- ¡Cuidado! – alerto Elis, que noto a los guardias del castillo que venían hacia ellos.

- Yo me encargo. – dijo Adrien y por si solo acabo con los 20 soldados. Aquel hombre, aunque no fue entrenado para ser un guerrero, había pasado toda su vida con Robert y sabia unas que otras técnicas de combate. – Váyanse. Iré por Robert.

- ¡No! No hay tiempo. – se alarmaba un poco Yesky.

- Cierto... Adrien... Vámonos. – pedía Troy. – Él dijo que nos vería en la muralla.

Mientras todo aquello ocurría, Quinn aún le insistía a Excel que le permitiera el saber la verdadera razón de su viaje a Platonis. Según su persona, no encontraría nada allá tras la masacre de días atrás.

- Solo ve, Quinn. – bostezaba el Emperador. – Tengo un poco de sueño y mañana debo despertar temprano.

- Si ese es su deseo, lo haré. – Quinn leve y lentamente reverencio, para calmar un poco el disgusto de su señor. – Pero... esto lo hago por usted, no por esa persona.

- Bien. – aquella respuesta tan seca y cortante de Excel fue más de disgusto que cualquier otra cosa. Mientras su Paladín se marchaba lo observaba y no podía esperar al segundo en el cual cerrara la puerta de la sala, solo para correr a un lado y vomitar. – ¡Qué asco! – dijo refiriéndose a la cabeza cortada de Fiodor.

Robert mantenía el combate contra 2 Paladines, verdaderamente una hazaña, pero poco a poco se cansaba. Además, tenía días sin comer y sus fuerzas le fallaban muy rápido. Card no tardo en notar aquello, pero no se aprovecha de esa situación. A pesar de ser el enemigo, el Paladín no iba a actuar como un cobarde ante un rey.