Solo una vez hubo tal desgracia en la que el llanto fue enorme y doloroso, solo una vez en la que el sufrimiento los embargo a todos aquellos hombres y terminaron volviéndose bajo un mismo propósito, y aun así... tardaron años en lograr la meta. La batalla del Sur Rebelde, una contienda enorme en la que participaron Ulm, Lances y Estilan siendo la única batalla en la historia que no fue contra la Utopía. En aquel momento participaron Los Príncipes Dorados bajo el nuevo mando de Gatch, aquel joven que tomo el liderazgo mientras Luthwuck volvía a Lances para gobernar. En el calor de la batalla, Erohilen junto con su amigo Jenock mantuvieron combate para que el ejército de Estilan se reagrupara, pero este muere por parte de un general de Ulm estallando la ira de Luthwuck y segado por el dolor... muere acorralado a manos del mismo general. Las 3 ciudades, en aquel entonces aun no eran Unidades, volvieron a luchar tras la muerte de Luthwuck provocando que todos los Príncipes Dorados murieran. Las bajas fueron enormes para todos los bandos y debieron regresar a sus territorios. Aquella fue la única vez en la que los hombres del Este decidieron alzar espada contra ellos mismos y matarse unos con otros, después de eso... hasta hoy en día... solo alzan la mirada para vigilar la Unidad vecina e ir en ayuda y morir por ellos si es necesario.
*Dur-Hum-Bi*
Edwill, joven príncipe pero muy bueno en combate y estrategias, lideraba el asalto de la torre comandando un total de 600 hombres. No había soldado en Lances que cuestionara la decisión de Edelweiss sobre su hijo menos ya que este no tenía nada que envidiarle al príncipe Edferinor, el cual debemos mencionar... es un magnifico líder. Los 3 campeones son 3 hombres que cada Unidad debe tener como cabezas de su ejército, al menos así fue decretado en el Este. En Lances son Edwill Ork, Oscar Tino y Yuleon Calgreon. Estos 3 eran excelentes campeones pero Oscar y Yuleon, siendo ambos mayores a los 30 años, decidieron dar el mandato al joven príncipe.
- Allí esta... La torre del Este. – admiraba Edwill la majestuosa torre construida en el año 47. Todos esperaban la orden de atacar, pero el príncipe esperaba que la tarde cayera un poco más.
- ¿Crees que el rey venga? – pregunto Oscar. – Me pareció muy extraño que se fuese a última hora hacia Estilan.
- Mi padre ya nos confió esto. – Edwill miro a sus compañeros. – Cumplamos nuestro deber. – sonrió.
La liga tenía planeado ganar terreno sobre la Utopía, terreno que sería muy valioso. Desde el avance final de Excel, las Unidades nunca lograron recuperar territorio, solo mantenerse firmes. Ahora, después de tanto tiempo de resistir, llegaba el momento de avanzar y conquistar tierras arrebatadas. Edwill quería con todo el corazón recuperar lo que se les había quitado y no solo por tener tierras, era porque le pertenecía la libertad y la paz. Desde Luthwuck, no hubo hombre en Lances que sintiera el valor suficiente como para querer oponerse. El ejército estaba completamente listo, y con un grito lleno de fuerza y poder, avanzaron por la pequeña arbolada del Este.
- Llegaremos sin ser vistos. – dijo Yuleon. – No tendrá mucho honor, pero ahora no se trata de eso.
- Así es, amigo mío. – Oscar aporto unas palabras que no solo alentaban a Yuleon, también a todos los soldados. – ¡Allí está la meta!
El galope fue más rápido aun, y con solo pocos metros de llegar los hombres pasaron por el lado de sus líderes para protegerlos y tomar la delantera. Los Utopianos en la torre informaron y en la base se prepararon pero fue inútil. La velocidad de los hijos de Lances era mucha y sin perder tiempo llegaron arrebatando la vida de todos los enemigos en el lugar. Edwill desmonto y junto con Oscar subieron por la torre. Yuleon aseguro todo el territorio junto con los soldados y se aseguraron de que ninguno escapara.
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Sueño de Unión.
RandomLos sueños siempre son algo difíciles de lograr, y mucho más cuando la fuerza más grande del mundo esta en tu contra. Pero son en esos momentos de dificultad cuando sale a florecer aquel valor que nos lleva a ser impulsados a la meta que queremos lo...