You're My Robin Hood

Robin Hood, capítulo 3

Entro de manera silenciosa al cuarto y vio a su hermano postrado en la cama con las piernas descubiertas y una de ellas vendada en el muslo. Se acercó sentándose en la cama a su lado.

-Les daré algo de privacidad. - Dijo la castaña cerrando la puerta del cuarto tras de sí.

Valentina acarició el cabello de Guille con ternura mientras dormía, en ese momento se dio cuenta de lo afortunados que eran, no solo por estar vivos sino también de que Juliana estuviera ahí para ayudarlos. Una pequeña voz dentro de Valentina decía que era obra del destino, pero significaría algo que no se atrevía a pensar. Lagrimas empezaron a caer por sus mejillas, la situación es demasiado para ella, se recostó junto a su hermano pasando su brazo por su pecho escuchando su respiración pausada al compás de sus latidos tratando de relajarse un poco, y de esta forma se quedó dormida.

Mientras tanto Juliana estaba en el sofá junto al piloto que ahora sabía que su nombre era John, en todo ese tiempo que estuvieron juntos habían llegado a conocerse un poco; John era canadiense, encargado de llevar a Valentina y Guillermo a los estudios donde grabarían la nueva película de la rubia. Juliana se sorprendió un poco al enterarse de esa noticia, además de saber que Guillermo se había convertido en su nuevo manager, aunque no se sorprendía del todo por eso último. Desde el momento en que se mudó al bosque, exactamente hace un año, perdió por completo cualquier pista de la rubia, ni comerciales o anuncios. Nada.

John era un tipo alegre y cariñoso, estaba casado y tenía una hermosa hija de dos años, además de eso también era alguien muy interesante, tuvo que pasar al menos una vez por cada continente del mundo.
Al parecer todos en esa casa estaban teniendo una "gran vida" hasta que el avión decidió suicidarse ese mismo día.

Por otro lado, el rubio estaba encantado con Juliana, una chica muy tierna e independiente, pero con una mirada muy triste. Aquel sentimiento de hermandad que creció en el pecho de John hacia Juliana comenzaba a crecer de manera acelerada, no lo decía, pero le recordaba a la que en su momento fue su mejor amiga, esa chica que estuvo para él cuando nadie más estuvo, hasta el día de la tragedia. El joven piloto se culpaba todas las noches creyendo que era su culpa, la gente le repetía que no era así, que como él iba a saber que ese día su dulce Barbara sufriría un ataque cardiaco. Quizá Dios (como buen cristiano que era John) le estaba dando otra oportunidad para redimirse, pero tenía muchas preguntas respecto a la pequeña, "¿Qué fue lo que le quitó el brillo a su mirada?" "¿por qué decidió alejarse tanto de la civilización?" "¿cuánto llevaba viviendo de esta manera?" "¿Quién le hizo tanto daño que cada vez que sonreía pareciera que le doliera?" Se preguntaba John. Era una chica demasiado joven, algunas cosas no cuadraban y estaba dispuesto a ganarse su confianza para que pudiera decirselas. Hasta ahora lo único que tenía claro aquel buen hombre era que Juliana Valdés era un libro lleno de páginas arrancadas.

La castaña y el rubio decidieron preparar la cena, ya que si alguno de los hermanos Carbajal despertaba estaría hambriento. Dejaron la cena calentándose mientras la menor regresaba al cuarto donde se encontraba Guillermo para ver si ya había despertado y poder comer los cuatro.

Entró en silencio en silencio y se encontró con una escena muy conmovedora. Se acercó a Valentina que dormía plácidamente abrazada a su hermano y por un momento se permitió detallarla. La pubertad se había por completo y en su lugar dejó a una joven mujer lista para conquistar las pantallas de cine de todo el mundo. Su cabello estaba más largo y su cara más fina, aunque hay cosas que no cambian como aquellos rojizos y carnosos labios que poseía y que en algún momento saboreo la castaña. Pasó un mechón de cabello detrás de su oreja y acaricio su cabeza.