Bárbara, capítulo 4

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Juliana se levantó del suelo y caminó de nuevo a la habitación donde estaban Guillermo y Valentina, pero al entrar solo se encontró con el joven inconsciente.

Frunció el ceño y regresó a la sala donde estaba Valentina sentada en la mesa hablando un poco con John.

-Goodnight. – Dijo Juliana incomoda.

-Goodnight señorita Juliana, la comida está servida, por favor siéntese. – Dijo John levantándose de la mesa para jalar la silla y que la castaña pudiera sentarse.

-Muchas gracias. – Respondió con cortesía y una tenue sonrisa.

Valentina y Juliana estaba una frente a la otra dejando a John entre ellas.

-Me gustaría que pudiéramos hacer una oración, ¿les molesta? – Preguntó el rubio haciendo una mirada suplicante. - ¿Jamás oraron con sus padres? –

-Yo no. - Respondió Juliana y Valentina solo negó con la cabeza.

- ¿Por qué? – Preguntó curioso.

La castaña se encogió de hombros. -No lo necesitaba. Mi mamá era buena cocinera. –

El rubio contuvo el aliento y miró a la menor con una falsa indignación.

-Mejor come John. – Dijo mordiendo un trozo de pan para evitar reírse al igual que Valentina, de la cara del rubio.

-Por cierto, la señorita Juliana y yo...-

-Dime Juliana John. – Regaño a John de forma cansina.

-Si, lo siento. – Continúo mirando a Valentina. -Juliana y yo hablábamos de que tenemos que ir a buscar un doctor para el joven Guillermo.

-Oh, eso suena bien. – Dijo alzando un poco la vista, pero al hacerlo vio las mirabas consternadas de todos. - ¿No? -

Ambos suspiraron.

-El problema es que el pueblo más cercano que cuenta con un doctor está a unos veintitrés kilómetros de aquí. – Explicó Juliana.

-Y por eso mismo considero que debo acompañarla, por si existen problemas en el camino. - Dijo John.

-Y yo he dicho que no, estoy perfectamente sola, no sería la primera vez que voy allá. – Era imposible hacer convencerlo.

-Pero es la primera vez que vas sintiéndote mal. – Argumentó mirando con severidad a la castaña que miró escandalizada a Valentina.

- ¿Te sientes mal? – Preguntó la ojiazul algo consternada.

-No, es solo que estoy algo estresada. –

"¿Cómo no estarlo? Mi ex cayó del cielo y ahora está comiendo frente a mí." Pero había más, Juliana estaba experimentando algunos dolores desde hace ya un mes; debilidad, fatiga, falta de energía y vértigo era algunos de los síntomas que presentaba. No era tonta, sabía que esto se debía a los malos hábitos que estaba teniendo, comiendo poco y en diferentes horarios, además del desgaste físico de todos los días al tener que cuidar de su huerto y casa.

"No es culpa mía, si no lo recuerdo ¿cómo se supone que mejore?" Siempre se regañaba así misma.

-He dicho que iremos los dos. – Sentenció John comenzando una pequeña discusión en la mesa con Juliana.

-Tienes que quedarte a cuidar a Guillermo en caso de que algo pase. – Debatía. -No te ofendas Val, solo que estamos preocupados por tu hermano. –

La rubia no sabía si sentirse ofendida o alegre "Me llamo Val de nuevo." Pensó ilusionada dejando que una pequeña sonrisa se formara en su rostro, cosa que no pasó desapercibida para ninguno de sus acompañantes.

You're My Robin HoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora