Un piloto gordo, capítulo 5

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-Valentina, Valentina. - Abrió sus ojos desorientada para encontrarse con el rostro de Juliana, su Juls. Creyendo que era otro de sus sueños estiró su mano para acariciar la suave carne de su mejilla, el ambiente está impregnado de su aroma y siente la calidez de en su palma. Por un momento desea quedarse dormida eternamente, recordar ese tacto tan delicado y poder unir sus labios con los de ella en un beso que no acabe jamás.

"Su" para siempre se va disipa conforme el sueño también lo hace y logra enfocar la vista en el rostro sonrojado y confundido de Juliana. Quito su mano de golpe para poder sentarse en la cama inclinando su cabeza siendo incapaz de mirar a la menor a los ojos.

-Lo siento. - Susurro de forma ronca después de estar varias horas sin hablar.

-Esta bien, son seis y media. - Informa la pequeña tratando de sonar amable. -Te dejo algo de ropa y desayunamos. Tenemos media hora para irnos de aquí. - Se incorporó por completo y salió del cuarto una vez más, ignoró el cosquilleo que sentía en el estómago después de escuchar aquel mote. Juls...

Se dispuso a preparar el desayuno, sabía que Valentina podía llegar a comer mucho y ese día en especial iba a necesitar que ambas comieran lo suficiente para soportar el viaje, más ella que recordaba que no comió mucho en la cena. El olor a huevos fritos y tocino invadió el espacio haciendo que inclusive John despertará de su profundo sueño.

-Buenos días, pensé que habías caído en coma. -Dijo Juliana divertida.

-Lo siento, después de lo ocurrido creo que mi cuerpo se relajo de más. - Acarició los cabellos oscuros y abrió la nevera para sacar un poco de jugo de naranja. - ¿esto es casero? - Preguntó notando pequeñas figuras de pulpa flotando dentro de la jarra.

-No, lo compre en el supermercado. - Respondió la castaña con ironía, recibiendo un golpe en la parte trasera de su cabeza por ello.

- ¿A qué hora se irán? - Pregunto el rubio sirviendo dos vasos de jugo.

-Sirve tres por favor, Valentina no tarda en unirse. - Respondió Juliana mientras colocaba los platos sobre los manteles que estaban sobre la mesa. -Quiero salir de aquí a las siete, estamos a buen tiempo, apenas son seis con quince. Recuerda que debes ir al avión por las maletas y cualquier cosa importante. -

-Quizá pueda lograr encender la radio, en todo caso iré en cuanto acabemos de desayunar, no me gustaría dejar mucho tiempo solo al joven Guillermo. -

-Me preocupa que siga sin despertar, trataré de que regresemos lo más pronto como se pueda. - John se colocó detrás de Juliana y acarició sus hombros.

-Estará bien Juli. - La menor dejó caer su cabeza hacia atrás sobre su pecho y dejo salir un suspiro cansado.

-Ojalá. -

- ¿Ojalá qué? - Preguntó Valentina entrando en la cocina haciendo que las personas que se encontraban en ella saltaran del susto.

-Señorita Valentina, por favor tome asiento. - Dijo John sirviendo ese tercer vaso de jugo. Valentina por el contrario solo miró recelosa al mayor "¿desde cuándo esos dos eran tan unidos?" eso de alguna la molestaba, pero era justo, el piloto era un extraño, ¿no? -Espero haya dormido bien. - Los tres tomaron asiento comenzando a devorar sus platos, especialmente los dos rubios que comían de manera algo apresurada, pero no porque llevaran prisa, era más bien como algo que haces sin darte cuenta que termina siendo propio de ti, como morderte las uñas o jugar con tu cabello.

- ¿No vamos retrasadas? - Preguntó la mayor calculando que debían ser casi las siete e ignorando por completo la amabilidad de John.

-Tranquila, aún tenemos algunos minutos. - Juliana giró para mirarla y le guiño un ojo a Valentina de manera coqueta haciendo que la mencionada abriera la boca con un claro gesto de sorpresa en su rostro.

You're My Robin HoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora