Parte 7

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Abro los ojos repentinamente, miro a Nico sentada junto a la ventana, me sorprende no encontrarla fumando, intento ponerme de pie y solo siento un dolor recorriéndome desde el cuello hasta la parte baja de la espalda, suelto un quejido y entonces Nico se voltea

-Tranquila muñeca- me dice acercándose -acabas de despertar de una larga siesta.

-¿Cuanto tiempo dormí - le pregunto, me cuesta creer que no solo han pasado algunas horas

-Varias semanas- responde sin darle mucha importancia

-Eso explica el dolor de cabeza- me quejo, llevándome los dedos directo a la sien masajeándola suavemente

-Si solo te duele la cabeza es una gran ventaja- opina ella, luego se sienta a mi lado, sus ojos castaños brillan levemente, se que ha estado preocupada y eso me reconforta de algún modo, al menos alguien se preocupa por mi.

De pronto la veo voltear a otro lado y dice con urgencia:
-Tengo que avisarle a ese idiota que ya despertaste.

-¿Idiota?

-Ya sabes- dice ella -ese chico de cabello blanco que no deja de preguntar por ti.

Sonrió levemente por su forma de describirlo y por que una parte de mi se alegra sinceramente de saber de Nero.

Nico desaparece de la habitación hablando para si misma mientras se aleja.

Regresa al cabo de unos cuarenta minutos, la oigo entrar y hablar con ese tono escandaloso que tanto le gusta, parece estar discutiendo con alguien

-Que mal humor- se queja la otra persona, parándose en el umbral de la puerta -menos mal que despertaste- dice Nero al mirarme -¿que tal las vacaciones?- pregunta con ese tono de ironía.

Yo arqueo la ceja

-Ojala recordara algo, pero creo que estuve muy borracha para poner atención.

Nero se ríe, solo un poco, quiero preguntarle por Kyrie, pero se que no es el momento

-Quería llevarte a la oficina del viejo pero tu amiga no me dejo.

-Oye oye- replica Nico cruzando las manos sobre su pecho -cuando dijiste del viejo pensé que se trataba de un pervertido.

-Lo es- confirma Nero sin dejar de mirarme - aunque estoy seguro que no haría nada para aprovecharse de _____-

Hago una mueca por el golpe bajo.

-Vaya indirecta- le digo antes de reírme provocando que otro espasmo de dolor me recorra.

Nero pasa la tarde con nosotras, se queda a comer y por la noche vemos un maratón de películas, me divierte verlo pelear con Nico, no parece muy afectado por lo de Kyrie y en algún momento llego a preguntarme si en realidad murió, si ya no esta en este mundo.

-Es hora de irme- dice Nero cuando la tercera película finaliza, Nico se pone de pie y estira las piernas.

-Nos vemos luego chico duro- se despide con su habitual tono jugueton.
Arqueo una ceja mientras la veo acercarse al refrigerador y tomar una cerveza -_____ si necesitas algo sabes donde encontrarme.

-Gracias Nico- contesto dedicándole una sonrisa, ella hace una seña con la mano desestimando mi agradecimiento y finalmente nos deja solos. Nero me mira

-Es una chica ruda- dice con un tono burlón

-Es un amor cuando la conoces- comento y él frunce el seño con disgusto

-¿Tu y ella?- sugiere

-No- le digo -somos buenas amigas.

Nero se ríe y yo me le quedo viendo, se ve bien cuando sonríe aunque no acostumbre hacerlo muy seguido

-¿Por que me miras así?- me pregunta tomándome desprevenida, parpadeo y alejo la mirada un tanto apenada

-Por nada- le contesto.

Nero inclina la cabeza con lo que parece ser una mezcla de cansancio e incomodidad

-Tengo que irme- dice de nuevo, quiero preguntarle lo que paso, pero las palabras se detienen en mi garganta ahogándome lentamente

-Nero- susurro su nombre con cuidado, como si intentara protegerlo de la verdad, sus ojos azules me miran directamente y el nudo en mi garganta se intensifica -¿que paso con Kyrie?- pregunto finalmente, sintiendo una sensación de culpa mientras veo como el rostro de Nero se entristece

-No sobrevivió- susurra -ni siquiera llego con vida al hospital.

-Lo siento- le digo rodeándolo con mis brazos, se que las palabras no son suficientes y aunque al principio puedo sentir la tensión en su cuerpo después Nero se relaja un poco, debo reconocer que yo tampoco estoy acostumbrada al contacto físico, es la primera vez que los dos estamos tan cerca, nunca imagine que podría tener una amistad con él -haría lo que fuera por que ella estuviera aquí- susurro.

Nero menea la cabeza, se aparta un poco y hablando en voz baja me dice:

-No ha sido tu culpa- lo escucho sincero, pero es evidente que hay un gran dolor tras sus palabras.

Lo veo voltear a la puerta como si estuviera muriendo por irse.

-Nos vemos luego, necesito descansar.

Lo veo salir, no lo detengo y me arrepiento al siguiente instante por no hacerlo. No se que ha pasado en estas ultimas semanas y me siento como un estúpida por no poder ayudarlo, por estar dormida mientras él enfrentaba solo su dolor.

El deseo del demonio (Nero y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora