Parte 17

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-¿Que paso contigo anoche?- pregunta Nico cuando regreso a casa antes del atardecer -ya no volví a verte y me preocupe por ti, pensé que estarías aquí, pero la casa estaba vacía- suena preocupada asi que intento no darle muchos rodeos al asunto

-No me sentía bien, ya sabes lo que me pasa con el alcohol.

Nico esta a punto de reprocharme algo cuando la interrumpo

-Voy a estar en mi habitación por si me necesitas

-¿______?

-¿Si?

-¿Nero y tu siguen sin hablar verdad?

-No tengo nada que decirle Nico- digo dándome la vuelta, sintiéndome como una mentirosa.

Hoy por la mañana quien me despertó fue Dante
-Hay un poco de pizza por si quieres almorzar- dijo guiñándome un ojo

-Gracias-le respondí y después de unos minutos baje a desayunar, si es que a eso se le puede llamar desayuno. Salí de la  cocina con dos rebanadas de pizza. Dante estaba sentado con los pies sobre el escritorio. Seis rebanadas de pizza frente a el, una mas en su mano a punto de ser devorada

-Nero salió, tenia una misión pendiente- no le contestó nada, se que me lo dice para molestarme -pensé que después de que te cuido toda la noche te importaría saberlo- agrega.

-No necesito que me cuiden- le respondo finalmente

-No dije que lo necesitaras- Dante me guiñe un ojo, toma otra rebanada de pizza entre sus dedos y se la lleva a la boca -deliciosa- murmura, mientras yo arqueo una ceja

-Empiezo a pensar que te gusta mas la pizza que las mujeres.

Dante se ríe golpeando el escritorio con la palma de su mano

-Te sorprenderías- contesta. Cuando veo a Dante sigo pensando que es muy atractivo, pero ya no siento el deseo de estar con él como antes

-¿Donde esta Vergil?- le pregunto intentando romper el incomodo silencio

-Arriba leyendo.

-Que novedad- suelto un suspiro- ustedes tienen hábitos muy arraigados.

Dante se ríe no por lo que haya dicho yo, sino por algo que debe estar pensando, baja las piernas del escritorio y camina hacia mi, lento y seguro, con la arrogancia que lo caracteriza

-¿Quieres que hablemos también del habito de mi sobrino?, por que últimamente ustedes dos pasan mucho tiempo juntos- comenta con ese tono de ironía.

Intento no sonrojarme aunque no se si el esfuerzo es suficiente

-Pervertido- le digo empujándolo con la mano, el me sostiene la muñeca y mi mano se queda sobre su trabajado pecho, entonces empiezo a ponerme nerviosa, no por que lo este disfrutando sino por que se lo mucho que le encanta a Dante jugar con mis emociones -suéltame- le exijo y él solo esboza una sonrisa torcida, cierro los ojos con fastidio. Dante se ríe y al fin libera mi muñeca

-¿Que pasa?- pregunta con tono burlón -¿por que ninguno admite que se gustan?

-Eso no te importa.

-Pero a él si- dice Dante apuntando a la puerta mientras se sienta tranquilamente en su escritorio.

Nero entra en la oficina segundos después, su rostro esta sucio y tiene una pequeña cortada en la mejilla derecha, sus ojos me miran sorprendido y luego ven a Dante con fastidio, aunque él solo sonríe orgulloso por la incomoda situación que ah creado entre nosotros.

Nero atraviesa la oficina

-Buenos días- me dice sin mas

-Buenos días- contesto débilmente decepcionada por su frialdad, luego lo veo subir por las escaleras a paso apresurado. Dante vuelve a reírse

-¿Ya te vas?- me pregunta cuando me ve ponerme de pie

-No- le digo con una sonrisa triunfal -solo voy a robarte el ultimo pedazo de pizza.

El se queja, pero es demasiado tarde, la ultima rebanada es mía y no le queda mas que contemplar como la devoró lentamente.

Nero baja de nuevo unos minutos después con el rostro limpio y ropa diferente

-¿Y el viejo?- pregunta

-Se enojó por que me termine la pizza.

Lo veo hacer una mueca de satisfacción
-¿Y Vergil?

-Arriba leyendo ¿por que?

-Quiero hablar contigo-  dice estirando la mano para rodear mi cintura, de pronto lo único que veo son sus labios, él me acerca a su cuerpo

-¿S...sobre que?- tartamudeo

-¿No eso obvio?.

No, quiero responderle, pero no me atrevo a mentirle mucho menos después de lo que escuche anoche, pero el no espera mi respuesta y me planta un beso que me hace despertar de golpe, no se por que me empeño en negarlo cuando lo único que quiero es estar en sus brazos. Cierro los ojos y me dejo llevar por sus labios.

Nero, un día de estos voy a terminar confesándote todo lo que siento por ti.

El deseo del demonio (Nero y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora