Parte 20

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Terminamos de jugar una hora después.  Nero se queda para ayudarnos a recoger y aunque no lo admito estoy feliz de que Dana se haya dado por vencida cuando Nero me pidió que lo besara. Ya ni siquiera estoy enojada por eso. Ha sido una bonita velada a pesar de que mañana tenga que levantarme temprano para ir a trabajar

-Voy a dormirme- dice Nico -estoy exhausta.

Nero se sienta en el sofá y yo lo sigo. Parece dudar antes de confesarme:

-Tengo algo que decirte- sus palabras me ponen nerviosa de nuevo -ahora que volví a Fortuna me di cuenta que ya no hay nada ahí por lo que deba regresar, así que Dante me sugirió quedarme a vivir con él todo el tiempo que necesite, pero para ser sinceros tampoco me siento bien invadiendo su espacio, mucho menos si sigue llevando a tantas mujeres para pasar el rato- Nero se queda callado y es segundos después que comprendo por que oo ha hecho -lo lamento- me dice -no estaba pensando lo que decía.

-No te preocupes, ya no siento nada por él- le digo mirándolo a los ojos. Él asiente y continua

-El punto es que pienso mudarme.

-Es una buena idea- opino

-¿Te mudarías conmigo?- pregunta de repente, el corazón se me acelera, ni siquiera estoy segura que una nefilim como yo pueda sentir todo lo que Nero me provoca

-¿Perdón?- pregunto con incredulidad, el se rasca la nariz

-Me gustas- dice provocando una sonrisa automática en mi rostro -y quisiera que te mudaras conmigo-

-¿Por que?- insisto

-Por que disfruto de tu compañía.

-No- le digo -¿por que te gusto?

Nero se queda callado y cuando vuelve a hablar lo hace mirándome a los ojos

-Eres fuerte, valiente, divertida, sexy y no se, me gustas, desde que supe que no eras mi hermana.

-¿Tu hermana?

Nero se ríe bajando el rostro con vergüenza

-Llegaste con mi padre, todo lo que sabia era de su ambición por el poder y nada mas ¿por que otra cosa lo acompañarías si no fuera por que eres su hija?- entrecierro los ojos pensando en mil opciones mas -¿que?- se queja -eso fue lo que pensé-  se defiende mientras las orejas se le ponen rojas

-Ven acá- extiendo los brazos, Nero se acerca y lo beso con suavidad -vamos a mudarnos juntos- le respondo finalmente aceptando su propuesta, sus brazos me rodean la cintura y el cae suavemente sobre mi, la fuerza con que  me sostiene es abrumadora, aunque en la mayoría de las ocasiones ni siquiera lo noto.

Nero me besa mordiéndose  el labio,  se pone de rodillas sobre el sillón y se quita la camisa, su pecho desnudo parece una verdadera obra de arte y no puedo evitar poner mis manos sobre el, entonces lo escucho gruñir un poco, con una voz mas grave e irreconocible

-Debería irme- lo escucho decir y me da la impresión que lo ha dicho para el mismo

-Quiero que te quedes- susurro antes de volverlo a besar, mi lengua entra en su boca, saboreando cada rincón de ella. Nero me toma de las muñecas apretandolas con una fuerza prácticamente animal que me preocuparía si en realidad me causara daño, pero no lo hace, no hay forma en que pueda lastimarme, así que me quedo ahí bajo su cuerpo totalmente a su merced, dispuesta a hacer lo que sea que le plazca.

Siento sus labios depositando pequeños besos en mi mandíbula bajando por mi cuello hasta llegar a la clavícula donde me muerde un poco y una excitación descomunal recorre mi cuerpo, esta vez soy yo quien suelta un gruñido, empujo a Nero y en un rápido movimiento me coloco sobre él, sus ojos brillan llenos de pasión  y deseo

-Nico se puede despertar- lo escucho decir y se que tiene razón, pero ya no puedo detener esta necesidad que me hierve la sangre

-Deja de hacer ruido- le susurro, el hace lo posible por no reírse

-Me encanta ver tu desesperación en momentos así- dice en una mezcla de burla y provocación.

Entonces soy yo quien se quita la blusa, dejando a la vista mis senos tan solo cubiertos por el sostén de encaje negro

-¿De verdad quieres ver quien tiene mayor control?- lo reto. Él sonríe con la mirada perdida en la parte superior de mi cuerpo, se inclina hacia mi para besarme los pechos, asegurándose de dejar algunas marcas, suelto un gemido, Nero se apresura a cubrirme la boca y entonces los dos nos reímos

-Tal vez debamos esperar  unos días  mas- sugiero

-Si, tal vez- Nero me besa en los labios por ultima vez antes de ponerse de nuevo la camisa -será mejor que me vaya.

-Te prometo recompensarte cuando estemos solos

Nero se ríe antes de darse la vuelta y despedirse de mi con una mirada que promete un hasta luego.

Nico hace un puchero cuando le doy la noticia, pero finalmente me abraza y me desea suerte

-Tendré mas espacio para mi sola- empieza a decir -puedo ocupar tu recamara con algo de arte y...- no escucho que mas dice, por que sale del departamento hablando sobre el cuarto de herramientas en el que convertirá  mi habitación.

Esa mañana cuando voy al trabajo, todo parece normal hasta que Jack se interpone en mi camino

-Hola preciosa- me saluda con una sonrisa torcida -pensaba acompañarte al trabajo.

-No necesito que me acompañen- le contesto. Ojala Jack supiera quien era  mi detestable padre, tal vez así se le quitaría lo insistente o al menos tendría una idea de mi verdadera naturaleza

-No deberías andar sola por las calles, no sabes quien puede intentar aprovecha...-

-¿Hablas en serio?- le pregunto dejando de caminar, claramente irritada

-No me gusta cuando una mujer me habla así- se queja. Jack se pone frente a mi, intentando acorralarme, ruedo los ojos por la estúpida sonrisa que aparece en su rostro, llena de arrogancia

-Jack- le digo -a mi no me gusta cuando un hombre que claramente no me interesa sigue molestándome.

Él arquea una ceja, indignado por mis palabras y me queda claro que esta enojado por lo que le eh dicho

-¿Por qué no la dejas en paz de una buena vez?- le advierte Nero -¿o quizá prefieras que te parta la cara?

-¿Tu?- pregunta Jack con ironía -dudo mucho que puedas hacer algo con ese brazo de juguete que seguramente has sacado de una tienda de disfraces-

Nero voltea a ver su brazo y se truena los dedos

-No tienes idea- murmuro dando unos pasos hacia atrás alejandome de Jack, en general preferiría que Nero no tuviera que enfrentarse a nadie, pero con tipos asi se que no hay muchas opciones para hacerlos entender y tal como esperaba, en cuestión de segundos Nero termina dejandolo en el suelo, quejoso y adolorido. Se que no tiene heridas graves, pero le ha dado un buen susto y eso es suficiente.

-No vuelvas a molestarla o te las veras de nuevo conmigo- le advierte.

Jack ni siquiera responde, Nero me toma de la cintura haciéndome caminar muy  cerca de él, el calor que emite su cuerpo es como si estuviera en casa y se que no hay otro lugar a donde pertenezca si no es a su lado.

El deseo del demonio (Nero y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora