Capítulo 2

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Respire hondo

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Respire hondo... Muy hondo.

Estaba ahora frente a la enorme casa Uchiha, siento mi corazón latir a prisa y la adrenalina no me permite pensar en otra cosa que no sea él y su familia.

Por una rendija logro ver los elegantes carros que jamás en mi vi tendré, un elegante jardín perfectamente cuidado y flores de todo tipo. Verlas me recordó mucho a la madre de Sasuke y trajo recuerdos lindos.

Logro ver a los elementos de Seguridad privada caminado de un lado a otro, es como si supieran que yo vendría en cualquier momento, pero sería una completa locura que siguieran odiándome a tal grado. Pero esperaría todo de Fugaku Uchiha.

Aun con los nervios latiendo por mis venas, acerco mi mano temblorosa al timbre.

Toco una vez...Nadie responde.

Lo hago de nuevo, claramente se escuchan paso romper hojas secas, alguien se acerca al portón y siento aún más a mi corazón latir.

Tenia miedo de ser tratada como hace cuatro años, pero cada vez que la cobardía quería apoderarse de mi recuerdo a mi hija. Recuerdo su llanto cada vez que una aguja atraviesa su frágil piel, ya no más.

La puerta se abrió, agradecí a la vida que fuera una mujer del Servicio, una señora de edad avanzada.

—¿Que se le ofrece, señorita? —fue amable.

—Hola... Bueno yo... —Balbucee, estaba nerviosa—Estoy buscando a Sasuke. ¿Se encuentra? ¿Puedo hablar con él? —sonreí.

Mis esperanzas jamás desistieron, ahora una luz de esperanza estaba cada vez mas cerca de mi hija.

—Si se encuentra—sonrió.

—¿De verdad? ¿Puede decirle que...

—Decirle que...—me paralice.

Nos interrumpió una voz que yo conocía perfectamente, hace exactamente cuatro años que no nos veíamos la cara y había llegado el momento.

Fugaku Uchiha apareció frente a mí, en ese momento mis esperanzas se fueron al suelo de nuevo. Mi única esperanza se veía opacada de nuevo por él.

—¿Que mierda haces aquí, maldita mocosa? —era evidente que seguía odiándome.

Sus duras palabras seguían doliendo, jamás entendí el odio que sentían por mi si hasta donde yo recordaba jamás hice algo para molestarlos. Siempre me comporte a la altura con ellos.

—Necesito ver a Sasuke. —Dije firme, sin titubeos. Ahora no podía ser débil, tampoco temerle.

—¿Recuerdas lo que te dije la última vez? No te quiero cerca de mi hijo.

—Claro que no se me olvida, estos cuatro años sus palabras han estado presentes para no regresar, pero en esta ocasión sus amenazas no me harán huir.

Nuestro hilo rojo. [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora