Nuestro hilo rojo. [✔]

Capítulo 6

Camino por los pasillos fríos de las empresas. Un martes por la mañana debería de ser refrescante, pero hoy me siento completamente indispuesto.

Frustrado, cansado, no pegue el ojo en toda la jodida noche, ¿y por qué? Mi mente no dejaba de pensar en estupideces.

Me plantó frente a la puerta de mi oficina y entró, veo a mi mejor amigo sentado con un libro que no me interesa mencionar en su mano.

— ¿Que tal Sasuke? — sonríe ampliamente. Me niego a responder de la misma manera — maldición ¿qué te pasa ahora? ¿Peleaste con Karin?

— No — respondo seco. Me enfocó en los papeles en blanco que tengo frente a mí. Finjo que revisó algo solo para que deje de preguntar. Pero como es Naruto... Se que seguirá cuestionando.

— ¿Que pasa maldito gruñón?

Suspiro...

— Bien — dije al fin — si pasa algo.

— Lo sé, te conozco mierda.

— Estúpido. Ayer tuve una discusión con la madre de mi hija — hizo un gesto dejándome claro que hice mal — le saqué en cara algunas cosas y la ofendí, diciéndole que era una cualquiera.

Abrió los ojos sorprendido.

— ¿Por qué? — pregunto extrañado de mi actitud hacia con ella— ¿qué pasó?

Seguramente mi rostro demuestra lo incómodo que es para mí tocar el tema o recordar esa escena. Mi sangre se alborota y siento que recorre mi piel quemando cada arteria,

— Ella estaba a punto de besaría otro. Un estúpido que tiene el título de amigo. Un imbécil que creció a lado de mi hija. ¿Lo entiendes? Ese nombre tiene mi lugar ante mi hija — exprese molesto.

— Eres tan estúpido—sonrió burlándose.

— ¿Que?

— ¿Porque la ofendes así? ¿Aun la amas?

Su pregunta me descoloco, mi reacción fue espontánea.

—No, todo cambió.

Deje de lado los papeles que estaba revisando y me recargue en mi silla rendido, Naruto negaba desaprobado mi actitud hacia la madre de mi hija.

Bufé.

—Es una estupidez lo que haces. — Lo mire molesto— Sasuke, tú te casaras en dos semanas y ahora te comportas como el novio celoso. Deja de jugar.

— ¿Entonces qué? — me levante— Si hubieras visto cómo la tocaba el idiota ese, el pelirrojo. Maldito infeliz.

Camine a la ventana y mire la calle de esquina a esquina.

Estaba molesto, muy molesto.

— Exageras las cosas, en todo caso de que ella quiera esa vida ¿a ti qué? Ustedes ya no son nada, solo los une su hija.