Nuestro hilo rojo. [✔]

Epilogo.

El llanto de mi pequeño me despierta, ante el sueño y el cansancio no tengo más remedio que ponerme de pie y llegar hasta su cuna. Estos han sido los tres meses más cansado que he vivido, también lo viví con Sarada, pero ella era un poco más dormilona.

Decidí que no quería una niñera para mi hijo, no es necesario y no es mi deseo apartarlo de mí ni un momento, no digo que la niñera sea mala opción, pero yo deseo vivir todas las etapas de mi bebé y eso incluye el insomnio que muchas veces no tiene fin.

Cuando llegó a mi pequeño este tiene los ojos abiertos, es la viva imagen de Sasuke, es completamente idéntico a él a excepción de una sola cosa, este bebé tiene los ojos verdes, como yo.

Lo tomó entre mis brazos sin el mayor problema y ambos salimos de la habitación rumbo a la cocina. Hoy olvide preparar todo para tenerlo listo en mi habitación y evitar precisamente esto, pero el cansancio y el sueño son tan fuertes, que me he quedado completamente dormida sin darme cuenta.

Con mi pequeño en brazos comienzo a preparar su biberón. Me muevo de un lado a otro, doy gracias que el bebé estuviera tranquilo y sin llorar, al parecer solo deseaba los brazos de mamá.

— ¿Necesitas ayuda? — Sasuke llega a nosotros. Adormilado, con el cabello hecho un desastre y, aun así, se ve sexi.

— ¿Puedes sostenerlo? — el asiente. Nos acercamos uno al otro y dejó a su hijo en sus brazos.

En silencio, terminó de preparar el biberón, una vez listo extiendo mis brazos para que Sasuke me regrese al bebé, pero este se niega, me pide el biberón y lo veo encargarse de alimentar a su hijo. Me parece una imagen tierna y digna de admirar.

Pero de pronto esa imagen tierna se convierte en otra cosa, mis ojos comienzan a verlo como hombre, mi deseo de mujer se siente en mi cuerpo.

— ¿Estas bien, Sakura? — pregunta.

— Si — sonrió nerviosa.

— Deberías de considerar a una niñera, te vez muy exhausta.

— Estoy bien, esta etapa pasará pronto, más bien no debiste levantarte a esta hora, tú te levantas muy temprano para irte a la oficina.

— Puedo llegar un poco más tarde de lo normal.

— Cierto, a veces olvido que eres el imponente presidente de la empresa.

Sasuke sonríe ladino. Minutos después miramos a nuestro hijo y este se ha quedado profundamente dormido.

Sin decir nada más subimos escaleras arriba.

Sasuke se encarga de acostar al bebé en su cuna y lo admira por unos momentos.

Intento pasar por detrás de Sasuke y este se gira de pronto, ambos quedamos tan cerca que mis labios rozaron su pecho, él es mucho más alto que yo. Y aunque me limité a mirarlo, Sasuke levanta su mano y me toma del mentón, me obliga a verlo a los ojos. Baja lento hasta unir sus labios a los míos, de la nada el beso se calienta, toma mi rostro con fuerza y su beso se hace posesivo y dominante.