Para aquellos que estáis en la universidad o en un grado superior, ésta palabra estará resonando demasiadas veces en vuestra cabeza. En la mía también. Pero en estas dos últimas semanas me han ocurrido ciertos sucesos que tienen que ver con el tema y, tal vez, lleguen a desencadenar mi futuro. En primer lugar, antes de comenzar, aclaremos una cosa...
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En mi centro educativo nos han dicho que para el TFG hay que hacer un plan de mejora para la empresa. Pero aquí viene un punto importante. En muchas empresas, como la mía, hacen a los trabajadores firmar un acta de confidencialidad. Esto significa que no puedes mencionar detalles específicos de la empresa: forma de trabajo, maquinaria, correos electrónicos, etc... Este acta supone que no puedes extraer datos de la empresa así como así porque, claro, hay que exponer tu plan de mejora ante el tribunal de profesores y tus compañeros de clase.
"Entonces, ¿qué hago en esta situación?" os preguntaréis. Y hay una solución. 4 más bien, entregados por un nuevo decreto de Educación, por lo que entendí:
a) Proyecto de resolución de casos prácticos: se planteará un caso real de diseño y realización de un producto, servicio o instalación relacionados con el ciclo formativo.
b) Proyecto de innovación: consistirá preferentemente en el desarrollo de un nuevo producto, sistema productivo o desarrollo tecnológico.
c) Proyecto de emprendimiento: estará encaminado a la realización de estudios de viabilidad, mercadotecnia, puesta en marcha de un proceso o de una idea de negocio.
d) Proyecto documental-bibliográfico: se dirigirá al análisis y comentario crítico de trabajos científico-técnicos publicados recientemente sobre un tema específico de actualidad relacionado con el ciclo formativo, o sobre la evolución tecnológica experimentada en el campo relacionado con el título.
Ahora bien, el quid de la cuestión es... ¿Sobre qué hago el trabajo?
Es una decisión muy complicada, sobre todo en la actualidad con todos esos trabajos finales plagiados que se han ido encontrando, en mi opinión. Ah, y no basta con solo hacer el trabajo, tienes que conseguir la aprobación del tribunal sobre su viabilidad.
Bien, ya que os he puesto en situación, vamos con mi historia.
Hace dos semanas me llamó el encargado que se responsabiliza de mí en la empresa. Me preguntó cómo estaba, si estaba cómoda... lo típico. Más tarde me preguntó por mi trabajo. Le confesé que aún no tenía ni idea, que aún estaba viendo todas las secciones de la empresa (porque hay varias), e incluso le mostré el e-mail con los 4 modelos de proyecto mencionados arriba. Entonces él, atención, se ofreció a hacerme una lista con varios puntos que podrían arreglarse en la empresa para que yo eligiera uno de ellos. ¡Se ofreció a darme proyectos! Al final del día recibí impresa una lista con al menos 10 u 11 puntos diferentes.
Sorprendida, hablé con mi tutor para decirle qué acababa de pasar. Pero, oh Dios, aquel viaje de montaña rusa no había terminado para mí aún. Os voy a decir, textualmente, lo que me dijo:
