¡Hola a todos! Este año me apetece contaros algunas anécdotas que tengo sobre esta época del año. Esto definitivamente no es una excusa para publicar porque he vuelto a ponerme enferma y he estado el día de ayer completamente delirando. Ni tampoco es una excusa para publicar porque me he viciado con Pokémon Espada... Con mi switch propia... Que me he comprado con mi dinero de las prácticas......... Eso.
En primer lugar os diré que aquí en Navarra no tenemos a Santa Claus o Papá Noel, como lo queráis llamar. Nosotros los Navarros tenemos a Olentzero. Es un carbonero que hace lo mismo que Santa, pero en la zona vascongada y de la Francia del sur. ¿Sabíais que, a pesar de parte de la tradición navideña vasca, Olentzero se creó en Navarra, España? Y aquí en navidades, muchas personas se ponen trajes tradicionales. Los chicos se visten de pastores, con chalecos de lana, y las chicas se visten de caseras, con largas faldas y a veces incluso nos ponemos pañuelos en la cabeza. En Nochebuena, hay gente que hace un desfile con una estatua de Olentzero y también traen animales de granja como cabras, gansos, etc...
En fin, ahora la anécdota. En mi familia celebramos la Nochebuena en mi casa. Allí cenamos todo el mundo y después de la medianoche, ¡Ding Dong! Abrimos la puerta que da a las escaleras y... ¡Guau! ¡La escalera está llena de regalos para todos los miembros de la familia!Tened en cuenta que en mi casa no hay ascensor. Y como no, la Naito bebé sabía que si veía la luz de la escalera de encendida, tenía que haber alguien ahí a la fuerza. Y por ello, trataba por todos los medios de intentar ver a Olentzero. Pero, oh vaya, el buen carbonero siempre me ganaba. Esa ilusión se le pegó a mi hermana pequeña, quién un año llevo la búsqueda de Olentzero a otro nivel.
(Sé que no hay niños leyendo este libro en particular, así puedo decir las cosas como son.)
Cada vez que venía un miembro de la familia más, dejaban todos los regalos ya en el piso superior, en las escaleras, para que no se vieran del todo... Y después entraban en casa. Para la gran sorpresa. Pues bien, un año mi hermana salió de casa sin que nadie se enterara. Yo me asusté y, claro, avisé a mis padres. La encontramos fuera, en la escalera, completamente a oscuras. Por suerte ella solo había subido dos escalones, por lo que no podía ver los regalos, y había salido con un abrigo. Quería esperar a Olentzero en la escalera. Al final la convencimos de que volviera a entrar.
En otro orden de cosas navideñas, os hablaré ahora de los Reyes Magos. De pequeña me encantaba Baltasar.
Pues bien, un año cuando yo era muy muy pequeña, estaba celebrando la noche del 5 de Enero en casa de mis abuelos hasta que alguien llamó al timbre. Abrí yo y, pobre de mí, me encontré a tres hombres vestidos de reyes en la puerta. Eran los Reyes Magos, preguntando a ver si podían pasar. En realidad eran unos amigos de mis padres, que querían tomarse la molestia de sorprendernos a los pequeños.
No recuerdo si lloré, pero sí que se me quedó la sonrisa tonta mientras chillaba que los Reyes Magos estaban en casa. Aún hay fotos de aquel día; yo con Baltasar, como no. A día de hoy, me sigue pareciendo un detallazo enorme por parte de aquellas personas.
Bueno, y eso es el especial navideño de este año (lo siento, la moquera no me deja hacer mucho). Ahora, lo que más os importa a vosotros: las historias.
No me importa seguir con Los Días del Caos si queréis, pero también hace mucho que no he vuelto a publicar de Crónicas de un Nómada. Por lo que, la cosa queda entre estas dos historias. Si queréis que priorize una historia sobre la otra, soy toda oídos.
Con eso dicho, ¡Felices Fiestas!
Atte: Naito.
P.D.: Un momento. ¿Naito ha felicitado la Navidad a tiempo? ... Realmente estoy enferma.
ESTÁS LEYENDO
¿Quién es Naito?
RandomPues eso, que quien soy yo. Me podéis hacer preguntas por privado o en el tablón acerca de mí, y responderé.