Muchos aquí ya sabéis que tengo una hermana pequeña, y es una de las mejores personas que conozco en el mundo. Hoy en día nos llevamos de maravilla y compartirmos memes juntas. Yo no sabía que ella conocía "Dorime" hasta que lo cantó.
— (Hermana)...
— ¿Sí?
— Acabas de decir... ¿Dorime?
— ¿Conoces Dorime? —
*Nos miramos en silencio*
— DORIMEEEEE, AMENO AMENO, LATIREEEEEE —
En fin, que nos llevamos bien. Pero... No siempre fue así. A continuación os voy a contar varias historias que tengo con mi hermana pequeña, a quién llamaré... Em... Elena. (Hermanita, si lees este capítulo ahora entenderás porque te pedí un nombre falso...)
Todo comenzó antes de que Elena naciera. Mis padres ya me decían que yo iba a ser una hermana mayor y tenía que ser responsable, BLA BLA BLA. Y en realidad, yo estaba muy nerviosa. Tenía muchas ganas de recibir a mi hermanita, pero no sabía "cómo ser" una hermana mayor. Le pregunté a mi mejor amiga (que tenía un hermano pequeño) y aún me acuerdo de su reacción, teniendo ambas dos 6 años: se rió, diciéndome que me preparara para tener una chinche en casa.
Y era cierto. Elena... Se convirtió en mi sombra.
Lo primero que tienes que tener en cuenta como hermano/na mayor es que tu nuevo integrante de la familia va a copiar ABSOLUTAMENTE TODO lo que hagas. Tus hábitos y actividades, los va a intentar imitar. Pero lo peor de todo... Va a coger tus cosas.
Yo, 9 años de edad, Elena con 3, me regalaron la primera Nintendo DS del mercado, la primera versión de todas de color azul (aún la tengo pero perdí el cargador). Era mi tesoro más preciado. Y si Elena se atrevía a ponerle un dedo encima... Yo me convertía en el demonio. Gritaba, le hablaba mal por la rabia... Cosas horribles. Pero Elena no sé dejaba vencer, no, ella me la devolvía. ¿Cómo? Llorando.
— ¡MAMIIIIIII! ¡Naito no me quiereeeeee!
— Mamá, está mintiendo, ¡no es cierto...!
— UnA sEmAnA sIn NiNtEnDo. —
Y así era. La enana me daba castigos. Cuando se dió cuenta del poder de sus lágrimas, empezó a hacer travesuras más maliciosas echándome a mí la culpa, y por lo tanto, acumulando más castigos.
Mi madre se dió cuenta de todo cuando yo me fui una vez de campamento de verano y Elena dibujo algo en la pared:
— Elena. ¿Quién ha hecho esto?
— ¡Ha sido Naito, la he visto!
— ¿Naito? Cariño, Naito está en otro sitio, no puede haber venido a casa.
— ¡Es cierto! ¡Ha venido volando y se ha ido para que no la veas!
— Volando... Claro. —
A partir de entonces, mamá le enseñó a Elena que NO debería meter a su hermana mayor en problemas ni mentir. ¿Sabéis ese cuento de "si mientes se te pondrá roja la nariz"? Le contamos esa trola a Elena para que viera que mentir era inútil, hasta que ella fue, en su mente, una genio. Vino una vez a la cocina, tapándose la nariz, diciendo que tenía que decirle a mamá una cosa. Todos nos echamos a reír, pues sabíamos que fuera lo que fuera, era mentira.
Algo tengo que reconocer de Elena: era muy curiosa. Una vez estuvo revolviendo el pelo de nuestra madre buscando el famoso tercer ojo que siempre la pilla, y cuando llegamos al momento de la educación sexual siendo ella mayor... Os adjunto la conversación que tuvo con mamá mientras esta se iba a lavar los dientes:
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¿Quién es Naito?
RandomPues eso, que quien soy yo. Me podéis hacer preguntas por privado o en el tablón acerca de mí, y responderé.