Ayúdame a sanar

262 39 7
                                    

N. de la A.: ¡Gracias a todos quienes siguen esta historia! Y gracias por sus hermosos reviews, que llenan de colores mi día a día.

Sakuragi y Mito son mi BROTP favorito junto con House y Wilson (de House MD, mi serie favorita de TV). Me gusta hablar de ellos. Son tiernos y tienen una unión a toda prueba. Explotaré esa relación bastante a lo largo del fic, así que no se extrañen de encontrar capítulos con estos dos dulces.

Disclaimer: Los personajes utilizados aquí son propiedad de Takehiko Inoue. ¡Gracias por dibujar y escribir una historia tan hermosa!

.

.

Ayúdame a sanar.

—Pero... ¿cuál es Fujii-san? —preguntó Sakuragi frotándose el mentón.

Los dos amigos ocuparon sendos columpios mientras conversaban. Yohei le hizo un resumen de lo que había venido ocurriendo en las últimas semanas, hasta que Hanamichi lo interrumpió con rostro confundido.

—La de cabello corto y castaño, muy tímida —aclaró riéndose. Era muy propio de él no retener facciones en la memoria, a menos que fueran de alguna chica que le interesara.

—¿Y se llama Fujii-san? Diablos —murmuró—, lo había olvidado. Uhm... —recordó cuando ella le felicitó tras la práctica con Ryonan—. Es bonita... Me fijaré bien mañana cuando lleguemos a la escuela.

—¡Seguro que ni te vas a acordar en cuanto veas a Haruko-chan! —La risa volvió a ganarle—. Y prefiero que no te la quedes mirando, me vas a poner en aprietos y yo aún no tengo nada claro...

—¡Yohei, maldito afortunado! —exclamó Sakuragi, estirándose para pasarle una mano por encima del hombro y zarandearlo amistosamente.

—Hombre, te digo que no ha...

—¡Cállate! ¿Crees que después de cincuenta rechazos voy a permitir que te hagas el tonto?

—Eh..., oye...

—Vas a salir con ella y punto. Podrías decirle que hagamos una cita doble conmigo y Haruko-san... —los ojos se le volvieron ensoñadores—, sé un buen amigo: dile a Fujii-san que la convenza de olvidarse por fin del imbécil de Rukawa.

Hanamichi hacía sus propios planes con la situación, y en todos se beneficiaba cumpliendo su sueño de ser el novio de Haruko para caminar con ella diariamente al colegio, ida y vuelta. Yohei le dedicó una mirada tan divertida como exasperada.

—¿Le dirás algo al trío de idiotas? —Así llamaban cariñosamente al resto de los integrantes del «Ejército de Sakuragi».

Nah, todavía no. Aunque si te rechazan... prepárate —anunció con un brillo fanático en los ojos.

Yohei ignoraba que Hanamichi se sentía muy maduro por esa actitud, a punto de besarse a sí mismo de lo orgulloso que estaba por no comportarse como ellos durante la secundaria, en la que cada rechazo que recibía era celebrado como una fiesta. Siempre terminaba dándole un cabezazo a sus amigos, retirándose del lugar tan triste que, podrían jurarlo con biblia en mano, escuchaban una devastadora canción sonando en el ambiente mientras Sakuragi hacía mutis entre lágrimas furiosas.

Ambos continuaron conversando un rato más, tomándose el pelo y armando apuestas de lo que se vendría como era habitual en su amistad. Para cuando se despidieron, Yohei se sintió un poco menos confundido. Mientras hablaba con Hanamichi se dio cuenta de detalles que pasó por alto, como ciertas miradas que había captado a la distancia. Creyó que eran de miedo o desconfianza, pero ahora podrían tener un significado distinto al atribuido por él en primera instancia. ¿Interés genuino, entonces?

Sacó el pañuelo que no le había devuelto en la enfermería. Su textura suave le recordaba un poco a Fujii. Había algo en ella, todavía sin nombre, pero que podía crecer con el tiempo. Él no estaba desesperado por salir con alguien como otros chicos, pero si las circunstancias se daban... si era con ella, definitivamente no iba a negarse.

.

.

¡No olviden seguirme en Instagram! stacy_adler_ff

Nos vemos mañana ;)

Amor y felicidad para todos.

Stacy Adler.

Melodía de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora