4.-Otros duelistas legendarios

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Yugi sostuvo la llave en dirección de Atem, el faraón sonrió cruzando sus brazos y cerrando los ojos, preparándose para la intrusión. El pequeño se concentró en el poder de la llave y sintió como si un cerrojo se amoldara en torno a su artículo, lo giró dándose cuenta de que, al abrir los ojos, había logrado transportarse a la cámara del faraón.

No sabía qué esperaba encontrar, así que no se sorprendió tanto cuando descubrió que Atem lo miraba con curiosidad, sentado en su trono, sonriendo ampliamente.

— ¿Y el laberinto? —Murmuró incómodo el pequeño.

Atem chascó los dedos y el resto de la cámara se iluminó, mostrando lo que el pequeño recordaba de la última vez que estuvo en ese lugar.

— ¿Mejor? —Bromeó el egipcio acomodándose a sus anchas en el trono.

—No. —Admitió Yugi sintiendo escalofríos. La última vez que había estado ahí él solo, había creído que jamás volvería a salir... —Pero ya puedo hacerlo solo, eso es genial.

—Lo es. Vamos afuera.

Ambos tricolores sonrieron cuando se sintieron de vuelta en su mundo. Y casi inmediatamente después volvieron su atención a Ishizu y Marik, que los observaban expectantes.

— ¿Y? —Quiso saber el muchacho, avanzando medio paso hacia ellos.

— ¿Lo logró?

—Puede entrar y salir a voluntad. —Anunció el faraón sonriente.

—Gracias a los dioses. —Murmuró Ishizu llevándose ambas manos al pecho.

—Tenemos otras cosas por lo qué preocuparnos. —Urgió Atem señalando la puerta, los tres asintieron y se encaminaron hacia la habitación de Odion, quien estaba recostado en su cama con un ojo vendado. Se removió un poco al sentir la presencia de sus amigos y aunque abrió el ojo libre y trató de enderezarse, las manos de Ishizu rápidamente lo obligaron a permanecer en su lugar.

— ¿Cómo te sientes, amigo mío? —Comentó Atem sentándose en la cama y tomando una mano de Odion, quien aún estaba helado y tembloroso.

—Como si Egipto me hubiese pasado por encima. Pero siento cómo la magia del artículo poco a poco se acopla a mi cuerpo. El dolor ha pasado.

—Y tú has pasado la prueba. —Comentó Atem con una sonrisa radiante, mientras daba un leve apretón a la mano de su amigo. —Descansa por ahora, Odion, y después te enseñaremos a usar su magia. Usar éstos artículos requiere una gran cantidad de energía y un buen entrenamiento.

—Afortunadamente ahora recuerdas todo. —Murmuró Yugi con media sonrisa.

—Tú también a descansar. Suficiente de Magia para un solo día. O una vida.

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4 Otros duelistas legendarios.

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Judai sonrió caminando tranquilamente por las calles. Reflexionaba las palabras de Yubel respecto a Yusei: Una persona con la que no puedes estar.

Suspiró tratando de no darle muchas vueltas a aquel asunto. Sabía que era cierto, después de todo, venían de épocas diferentes y eso los ponía a un mundo de distancia literalmente, pero no podía evitarlo. Desde que lo había conocido, su mundo había cambiado un poquito, no porque el mundo fuese distinto en sí mismo, sino por el hecho de que las cosas parecían un poco más livianas, como si vivir doliera menos y la responsabilidad de salvar a los duelistas fuese una carga menos pesada.

Es cierto, saber que el futuro tenía nuevas formas del duelo de monstruos era alentador. Quería decir que él había hecho bien su trabajo al tratar de proteger su presente. 

El regreso de las sombras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora