Locura abstracta

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-Queridos, ha llegado el momento de que me informen que sucedió mientras jugueteaba en el ministerio.

Lucian elocuente empezo su informe, le comento como resguardaron a su ejercito bajo tierra, el descontrol de los dementores y la alianza que mantenían con el ministro, la deplorable política, y como degradó el poder mágico de brujas y magos. Asteria se encargo de la guerra y sus lados, relató acerca del estigma contra la magia oscura y el trató inhumano que se le daba a sus criaturas, le dio información del punto neutral y posibles aliados, fue meticulosa describiendo a los lideres de cada bando que eran igual de controladores y astutos; cada virtud, cada defecto, sus historias y vulnerabilidades.

Su lord los escucho atentamente, ante cada palabra una paradoja se incrustaba en su revoltosa cabeza.

-¡Pero que interesante! Me pregunto, me pregunto...- una sonrisa socarrona se escabulló en su rostro, aniñando mas sus faciones joviales.

Impredeciblemente su ceño se fruncio.

-No me podéis seguir llamando "lord" frente a otros, necesito un nombre, ¿tengo un nombre?.

Asteria y Lucian intercambiaron una mirada, inseguros.

-No que usted nos haya informado, nuestros recuerdos empiezan dirigiendonos a usted como lord pesadilla, a través de los siglos no se rectificó u ordenó llamarlo de diferente manera- cordialmente dijo Lucian.

-Eso tendra que cambiar, ¡Pero primero quiero visitar a mis niños!- Sus sirvientes lo vieron erguirse con rapidez, saltando con brinquitos impacientes- ¿Que esperan? Vamos.

Sus sirvientes lo siguieron sin inmutarse a sus abruptos cambios.

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Llamar tan cariñosamente a un grupo de cadáveres reanimados no era algo cuerdo.

Por lo que tenia abstracto sentido que el apodado lord desbordara maniática locura mientras se deleitaba en como los inferí devoraban viciosamente a los defortunados seleccionados.

Asteria y Lucian estaban impasibles a su lado, no era la primera ni iba a ser la ultima vez que vieran el grotesco escenario.

Los cuerpos reanimados desgarraban a los criminales en mordiscos tortuosos, arrancando vorazmente tejidos y músculos, consumiendo con habilidad el jugoso néctar rojizo. De adentro hacia afuera, como gusanos que comen carne podrida.

Una de los cadáveres vivientes llamo la atención del inestable lord.

Un niño, que probablemente sobrepasaba los cinco años, con sus pequeñas manos atravesaba el estomago de una mujer, ella gritaba y se retorcia hasta que el infante despellejó su cuero cabelludo, agrietando el cráneo con su fuerza sobrehumana y dejando entrever la apetecible vista del cerebro. Se apresuro a recojer su premio y consumirlo avariciosamente.

Era adorable.

Su atencion fue capturada nuevamente, esta vez por su capitana, cazaba imponente a varios hombres en movimientos veloces. Destrozados mechones castaños caían hasta sus rodillas, el viento revelaba sus pechos desnudos y su hombro dislocado, una tela rota colgaba de sus caderas escasamente ocultando su pubis, el detalle mas llamativo de su apariencia era la cuerda en su cuello con diversos dientes ensangrentados.

-¿Sigue reusándose a vestir?- Comento con disgusto Lucian.

-No seas preservador Lucian, no es como si se avergonzara de su estado nudista- El lord le quito importancia en un encogimiento de hombros.

-La ropa solo le obstruiría cazar a gusto ¿Te interpondrías entre ella y su comida?- Inquirió Asteria observando como la inferí arrancaba salvajemente la extremidad de su última presa.

Lucian suspiró para hacer una mueca resignada.

La inferí se acerco sin saber que era el centro de conversación, sus dedos esqueléticos ofrecieron un corazón crudo al lord, quien complacido lo tomo.

-Gracias querida- arrullo con voz ruiseña, la inferí gruño y se alejo.

Los verdosos ojos antinaturales examinaron entusiasmados el órgano a su disposición.

Enternecido lo acerco a su propio pecho latente, como si aquel obsequio macabro y su bombardeoso corazón se unieran.

Tan cerca de la vida, tan cerca de la muerte.

Lord pesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora