Capítulo 4

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Jimin

Han pasado cinco días desde el desagradable encuentro y ninguno de esos dos ha pisado la gasolinera otra vez. Gracias a Dios porque después de eso no dejé de llorar en todo el día. Sin este trabajo yo me muero. Literalmente, tendría que irme a vivir bajo un puente o algo así.

Hoy no tengo que trabajar ya que la gasolinera estará en reparación por unos días debido a una falla en la bomba de bencina, por lo que con Hoseok quedamos en ir al centro comercial. El dinero no me sobra como para ir de compras cuando quiera, pero mi único par de zapatos está a punto de romperse y ahí sí que me despedirán por no presentarme apropiadamente a trabajar.

Por suerte encontré unos cuantos billetes en una sudadera que hallé tirada bajo la cama.

Estaba poniéndome la chaqueta cuando escuché el sonido de mi celular avisándome que recibí un mensaje.

HS: Estoy afuera Jiminie :)

JM: Ya voy

Al salir de mi edificio divisé el viejo Mustang de Hoseok estacionado en la calle de al frente.

- ¿Y ese milagro de que hayas llegado a tiempo?

- Mi madre y mi hermano pelearon y si no salía de ahí rápido me iba a volver loco. -suspiró con un tono agotado en la voz.

El hermano de Hoseok tiene 17 años y a esa edad ya es todo un delincuente. Ha ido a parar variar veces a la estación de policía por participar en peleas callejeras y demás cosas. Yo tengo mis sospechas de que el chico también está metido en asuntos con drogas, pero no le he querido comentar nada a Hoseok para no preocuparlo más, ya tiene suficientes problemas con su madre enferma. La mujer sufre de fuertes dolores en el abdomen hace más de un año, ha ido al hospital en reiteradas ocasiones pero nadie sabe lo que tiene y solo se limitan a recetarle analgésicos y desgraciadamente Hoseok no gana el dinero suficiente como para llevarla donde un especialista. Actualmente ya no puede trabajar, por lo que él debe hacer lo imposible para conseguir el dinero para mantenerla, lo que incluye trabajar incluso los fines de semana. Al menos lo que sea que haga el vagabundo de su hermano le proporciona el dinero suficiente para mantenerse por su cuenta.

El sonido del motor apagándose me distrajo de mis pensamientos y caí en cuenta de que ya habíamos llegado al centro comercial.

Bajé del auto y caminé junto a Hoseok en silencio.

Al entrar al gran edificio nos dirigimos a la sección de comidas, ninguno de los había comido nada así que moríamos de hambre. Cuando por fin decidimos el restaurante nos sentamos en una mesa junto a la ventana con una hermosa vista a la ciudad. Pronto la mesera nos trajo los menús y se marchó tras haber hecho el pedido.

- Y bien, ¿Qué era lo que querías comprar aquí? –iba a contestar cuando unas fuertes carcajadas me interrumpieron. Un grupo de chicos bien vestidos entraron al local. Se notaba que eran personas de alta clase social, no entiendo que hacen en un restaurante como este. No es que sea una pocilga, pero no me imagino a gente así comiendo aquí.

- Ay Taehyung, siento decirte esto porque sé que amas a Jungkook y todo eso, pero es agradable salir sin él de vez en cuando para tener un descanso de sus cursilerías.

- Es verdad, cuando están juntos nos ignoran y hasta se ponen a besarse en frente de nosotros como si no existiéramos.

- No es para tanto.

- Si lo es.

- Bien, si tanto les molesta, intentaré juntarme con ustedes un par de veces sin que Jungkook venga. Ya se me ocurrirá que excusa inventarle. Pero se los advierto, si Jungkook descubre que lo estoy evitando los asesino a todos. –después de esto todos se sentaron en la mesa a nuestro lado, recién entonces logré darme cuenta.

- El chico de la cafetería. –susurré inconscientemente.

- ¿Quién? –preguntó Hoseok confundido.

- Nadie. –negué con la cabeza restándole importancia.

Dúo de tres  {Vkookmin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora