Capítulo 10

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Jungkook

Y tal como lo dije, lo hice.

Exactamente a la misma hora de ayer me encuentro frente a la puerta de la tienda.

Permanecí un segundo ahí reuniendo valor y cuando conseguí el suficiente me adentré en el local.

Para mi sorpresa la persona detrás del mesón no era el chico al que estaba buscando.

- Buenos días, ¿Qué desea ordenar? –preguntó sonriente el pelirrojo. Ignoré su pregunta y fui directo al grano.

- ¿El otro chico que trabaja aquí está? –su cara cambió a una de confusión tras mi extraña pregunta.

- ¿Jimin? Sí, se encuentra en la bodega en este momento, ¿Para qué lo necesita?

- Solo vaya a buscarlo y dígale que el hijo del dueño quiere hablar con él. –me dedicó una mirada de sorpresa y segundos después se retiró siguiendo mi orden.

Esperé un par de minutos hasta que finalmente el chico, que ahora sé se llama Jimin, apareció con una expresión de terror en el rostro.

- Hoseok –habló dirigiéndose a su compañero de trabajo - ¿Podrías dejarnos solos por favor? –el otro chico asintió y se fue en dirección a la bodega.

- ¿Quiere un café? –preguntó Jimin algo confundido.

- No, no vengo por eso. Estoy aquí para pedirte disculpas por cómo te traté la vez que nos conocimos. –el rubio abrió la boca de tal manera que pensé que su mandíbula caería al suelo.

Esperé por su respuesta pero al no obtenerla decidí continuar hablando.

- Mi mal humor por poco provoca que te despidieran injustificadamente. Tú solo estabas haciendo tu trabajo y no merecías ese tipo de trato. –después de escuchar mis palabras dejó su temor de lado y finalmente habló.

- ¿Por qué se disculpa ahora? Han pasado semanas desde eso, a estas alturas ya debería haberse olvidado de un acontecimiento tan insignificante para usted como ese.

- Para ser sincero si lo había olvidado, pero hace unos cuantos días pasó algo que me lo recordó y decidí que lo correcto era venir a pedirte perdón.

- ¿Qué pasó?

- Eso no es relevante. –hice un gesto restándole importancia. No creo que sea lo mejor contarle, no quiero que sepa que sentí lástima por él.

Luego de eso un incómodo silencio inundó el lugar por un par de eternos minutos. Yo no tenía idea de que más decir. Estaba por darme la vuelta e irme cuando el volvió a abrir la boca.

- Te perdono. –dijo suavemente y me dedicó una tierna sonrisa. La inocencia que emanaba de esta me abrumó. Sus ojitos se achicaron formando una pequeña línea.

Adorable.

Simplemente adorable.

Al ver esta escena no pude evitar sonreír también, lo que produjo una expresión de sorpresa en él, seguida de una sonrisa aún más grande.

Después de esto nadie habló, pero al contrario de la vez anterior, este era un silencio cómodo y agradable.

Pasamos minutos así, sonriéndonos mutuamente como en un trance.

El lindo momento acabó en cuanto la puerta se abrió dando paso a un cliente, entonces supe que era momento de irme.

- Tal vez pase más seguido por aquí de ahora en adelante. –dije mientras me rascaba la nuca nerviosamente.

- Eso sería... Agradable. –contestó. Me limité a sonreír otra vez y me dirigí a la puerta para marcharme al fin.

Ya en mi auto me miré en el espejo retrovisor y noté la enorme sonrisa de idiota que tenía en la cara. De inmediato dejé de sonreír y comencé a pensar en lo que acababa de ocurrir.

¿Qué me pasó? ¿Qué hizo ese chico conmigo? Es como si me hubiera echado un embrujo. Yo no suelo ser así, rara vez le sonrío a alguien a quien no conozco, menos a un empleado. Pero con él simplemente no pude evitar sonreír, incluso el solo hecho de pensar en él provoca que una sonrisa se plante en mi rostro.

Le dije que iría más seguido a verlo... Quiero decir, que iría más seguido a la gasolinera. No iría a verlo a él, ¿Por qué haría eso? No tengo ninguna razón para verlo otra vez, ¿Pero entonces por qué le dije eso? ¿Por qué le dije que iría más seguido a ese lugar?

Preferí no seguir dándole más vueltas al asunto y encendí el auto para irme a la universidad de una vez.

Dúo de tres  {Vkookmin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora