Capítulo 7

25.7K 2.6K 426
                                    

Jimin

Veinte minutos. Llevo veinte minutos esperándolo sentado en una puta banca a la mitad del centro comercial. Ni siquiera puedo mandarle un mensaje porque la batería de mi maldito teléfono se murió.

Basta, me voy. Y apenas llegue a cargar mi celular lo mandaré a la mierda y lo bloquearé. Desgraciado.

Me paré furioso y partí camino a la salida cuando alguien agarró mi brazo.

- Hey, ¿A dónde vas? No acordamos el punto exacto de encuentro y este lugar es enorme, llevo un buen rato buscándote. –me sonrió calmado y me relajé agradecido de que sí haya llegado.

- ¿Así que no planeabas dejarme plantado, eh? –le pregunté mientras cruzaba los brazos en pose desafiante. Él rio.

Dios, que hermosa risa.

- Jamás te haría eso bonito. –mi actitud desafiante se esfumó apenas esas palabras salieron de sus labios y no pude evitar agachar la mirada avergonzado. Si me sigue diciendo cumplidos así me desmayo aquí mismo.

Al verme así volvió a reírse. El maldito sabe bien lo que causa en mí y se aprovecha de eso.

- Y bu- bueno, ¿Iremos por ese helado o no?

- Claro, a eso vinimos. –sonrió. Deja de sonreír así por favor.

- Bien. ¿A dónde quieres ir a comprarlo? He visto más de una heladería en este lugar, aunque no sé cuántas hay exactamente, no vengo muy seguido.

- No te preocupes por eso, conozco el lugar perfecto.

El camino hacia el elevador fue extremadamente incómodo y silencioso, ¿De qué se supone que hable con una persona que prácticamente acabo de conocer? Además él tampoco ha hecho el esfuerzo de iniciar conversación, así que prefiero permanecer en silencio.

Como si me hubiera leído la mente segundos después comenzó a hablar.

- ¿Hace cuánto tiempo trabajas en la gasolinera?

- Desde los dieciocho, ya van más de cuatro años.

- ¿Tienes veintidós?

- Sí.

- También yo.

Y todo quedó en silencio otra vez. Por suerte durante nuestra breve charla llegamos al último piso, donde supongo queda la heladería a la que vamos. Comienzo a mirar alrededor y me doy cuenta de que este es el piso más exclusivo del centro comercial. Tiendas lujosas y grandes, restaurantes elegantes y mucha gente que se nota de lejos que tiene dinero por montón.

Un nudo se me hace en el estómago. No debí venir.

Nada de lo que hay en este piso está a mi alcance, ni siquiera un simple helado, que ahora con solo mirar lo lujosa que se ve la tienda desde fuera, puedo suponer que de simple no debe tener nada.

- Debo irme. –me giré rumbo al elevador casi corriendo, rogando qué no me alcance.

Supe que mis suplicas no habían sido escuchadas cuando sentí que alguien me tomó por la mano.

-Taehyung suéltame por favor, en serio me tengo que ir.

- ¿Por qué? ¿Hice algo que te molestó?

- No... -bueno sí, es de suponer que alguien como yo no se va a sentir cómodo en un lugar así. Pero no puedo culparlo, sé que no fue su intención hacerme sentir mal. Bueno, eso creo.

O...

¿Y si ese fue su propósito desde el principio? ¿Humillarme? ¿Jugar conmigo porque soy inferior a él? ¿Divertirse un rato a costa mía? Tiene sentido. ¿Por qué alguien como él, rico, con un buen futuro y con el novio ideal se fijaría en mí? Cómo no me di cuenta antes, soy un estúpido.

- ¡Suéltame! Seré pobre pero no por eso soy una basura con la que puedas hacer lo que se te antoje. ¿Qué ganabas trayéndome aquí? ¿Por qué era necesario hacerme sentir mal? ¡Yo no te he hecho nada! Ya estoy harto de las personas de mierda como tú que se creen mejor que el resto por tener dinero. Vete a tu casa perfecta con tu novio perfecto a reírte de mí si quieres. Dile como te traté para que vaya con su papi a decirle que me despidan. Ya no me importa. Prefiero morir de hambre que seguir aguantando esta clase de tratos. –sentí como las lágrimas caían por montón mientras corría hacia el elevador. Taehyung permaneció parado en el mismo lugar sin moverse, como si aún estuviera procesando lo que le dije. A los pocos segundos salió del trance en el que estaba y comenzó a correr hacia mí, pero las puertas del elevador se cerraron antes de que pudiera llegar.

Dúo de tres  {Vkookmin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora