Capítulo 9

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Jimin

Pasé la noche entera llorando y ahora tengo unas ojeras del porte de una ballena. Lo peor es que anoche después de llegar a cargar mi celular no solo me llegaron los mensajes del desgraciado ese, también me llegó uno de Hoseok avisándome que la gasolinera volvería a funcionar hoy. Lo más probable es que después de lo de ayer haya perdido mi trabajo, pero igual iré siquiera para que me entreguen el pago final y la carta oficial de despido.

Realicé mi usual rutina mañanera y me dirigí a la gasolinera.

Sorpresivamente al llegar Hoseok ya estaba ahí.

- Buenos días Jimin, ¿Cómo has esta- dejó de hablar cuando se percató de mis ojeras y de la hinchazón alrededor de mis ojos. - ¿Qué te pasó? –el tono de su voz mostraba preocupación. Me debatí entre contarle o no y finalmente decidí guardarme lo que había pasado para mí. Contarlo solo me haría sentir más humillado.

- Nada importante, es solo que ya me había acostumbrado a la comodidad de no tener que venir a trabajar y me deprimí al saber que ese tiempo de descanso había acabado.

- Te entiendo, hace años que no tenía un poco de tiempo libre y pude dedicarme completamente al cuidado de mi madre. Estaba muy feliz con tenerme en casa. –bajó la cabeza y soltó un suspiro lleno de tristeza.

Preferí guardar silencio y me limité a poner mi mano sobre su hombro en señal de apoyo.

Pasaron unas cuantas horas en las que todo estuvo tranquilo. Llegaron menos clientes de lo habitual, probablemente muchos no saben que la gasolinera está funcionando nuevamente.

Hoseok aprovechó la falta de clientela que atender para ir a la bodega a revisar que ninguno de los alimentos haya llegado a la fecha de caducidad mientras la tienda se encontraba sin funcionar.

Estaba limpiando una gran mancha de café de una de las mesas cuando la puerta fue abierta. Me dirigí al recibidor rápidamente para atender a la persona que había llegado.

Mis ojos se abrieron de par en par en cuanto me di cuenta de quién era esa persona.

Jungkook.

Así que vino a despedirme personalmente y de paso a soltarme unos cuantos insultos.

Inhalé profundo armándome de fuerzas y esperé a que comenzara a hablar.

- Un capuchino grande con dos cucharadas de azúcar... Por favor.

Sus palabras me tomaron por sorpresa. Su mirada era dura, pero no mostraba indicios de odio o siquiera de molestia.

Simplemente era una mirada seria, indiferente.

Fui a la cafetera y preparé lo que ordenó intentando tardar lo menos posible, quiero evitar hacer cualquier cosa que pueda provocar su enojo.

- Aquí está, tal como lo pidió. –dudé entre pedirle el pago o no, pero finalmente lo hice.

- Son 4 dólares. –dije con voz temblorosa, esperando impaciente su reacción.

Respiré con alivio cuando vi que sacaba su billetera de su bolsillo. Sacó un billete de 20 dólares y me lo pasó. Estaba por darle su cambio cuando volvió a hablar.

- Quédate con el resto.

Ni siquiera alcancé a abrir la boca cuando ya había salido del lugar.

De todo lo que imaginé que podía pasar hoy esto es lo que menos me esperaba en el universo.

Nunca en la vida pensé que Jungkook podría ser tan... Agradable. Bueno, agradable considerando como me trató la última y única vez que nos vimos.

Bien, entonces Jungkook no sabe nada, Taehyung planeó todo él solo. La verdad es que tiene mucho sentido ahora que lo pienso más detenidamente. Es decir, ¿Qué persona dejaría que su pareja salga en una cita con alguien más, simplemente para humillar a un miserable empleado? No tiene lógica.

Pasé el día entero pensando en ese encuentro. Pensando en Jungkook.

Ese sentimiento que tuve la primera vez que lo vi entrar a la tienda volvió. Hay algo en él que me atrae, no solo su físico, algo más. Solo sé que cuando lo veo siento algo extraño, pero intenso.

Muy intenso.

Jungkook

Olvidé el café que había comprado cuando compré el desayuno para Taehyung en casa por lo que me vi en la obligación de pasar a comprar otro a esa gasolinera, que está cerca de a la universidad.

O al menos de eso es de lo que trato de convencerme.

La verdad es que dejé el café en casa a propósito para darme una excusa para pasar a ese lugar.

Me siento un tanto culpable por haberle dicho todo lo que le dije a ese chico la primera vez que lo vi.

Hace un par de días iba en mi auto camino a casa desde la universidad cuando vi a alguien caminando por la acera, estaba nevando y hacía mucho frío, por lo que me llamó la atención. Me acerqué un poco y ahí fue cuando noté que era el empleado de la gasolinera. Estaba temblando mucho, llevaba solo una chaqueta vieja como abrigo, que dudo mucho lo haya logrado resguardar del frío. Se veía tan vulnerable que me conmovió y la culpa me invadió. Por mi capricho pude haber hecho que lo despidan. Lo que para mí solo hubiera sido una orden rápida, para él hubiera significado perder la fuente de dinero que le da de comer. Normalmente no me siento mal al hacer algo así pero esta vez fue diferente.

Mi plan para hoy era disculparme pero cuando lo tuve en frente me bloqueé y simplemente no pude.

Mañana iré otra vez, dejaré todo mi orgullo de lado y lo haré.

Dúo de tres  {Vkookmin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora