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No volví a saber de Yesung en los próximos dos días, no quise atosigarlo por lo cual no lo llame, además estaba segura que él no contestaría mis llamadas.

Cuando llegaba al edificio donde vivía, alguien estaba esperándome en la puerta del mismo.

— ¿Mama?—esta se giró quedando frente a mí. La había reconocido por la manera tan elegante en la que iba vestida—

— Espero que no te moleste el que haya venido hasta aquí—su tono de voz era tan amable y gentil que no pareciera que estuviera hablando conmigo—me costó mucho conseguir tu dirección—se detuvo y me sonrió con melancolía—feliz cumpleaños hija—me abrazo con cautela, tal vez creía que la rechazaría, pues creo que lo hubiera hecho si esto habría sucedido tiempo atrás— sé que tu cumpleaños ya paso pero...

— Está bien—la interrumpí sabiendo que esto le costaba demasiado—¿quieres pasar?

Mama se adentró al interior de mi departamento, no pude evitar notar cómo miraba con cierto rechazo el lugar donde vivía, ya que estaba muy lejos de los gustos propios de ella. Prepare café para las dos y nos sentamos en el sofá. Mientras ella terminaba de observar el resto de mi casa sus ojos se quedaron sobre el portarretratos que estaba sobre un pequeño mueble.

— Fue un regalo de cumpleaños de parte de mi padre—dije respondiendo a todas las preguntas que seguramente ella estaba formulando en su cabeza—

Pude notar como su rostro y su expresión se tensó en cuanto me oyó decir la "padre" pero no hacía falta entrar en detalles sobre lo cercana que ahora estaba con mi padre, estaba segura que ella ya lo sabía.

— ¿Hablaste con Hyuna?—pregunté intentando cambiar de tema—

— Si—ella bebió un poco de café—se comunicó conmigo luego de... ya sabes. No me quiso decir donde estaba—apretó sus labios en una mueca de resignación—dijo que aún no tiene pensado volver...—mama suspiró luego de decir aquello, podía verse la tristeza en sus ojos, tal vez no era solo por Hyuna—

— ¿Tu como estas?—me miro sorprendida y se auto señaló—

— ¿Yo?—asentí—estoy bien...—dijo sin más y bebió más café—

— ¿Tu matrimonio marcha bien?—detuve a taza de café en sus labios y luego la alejó de ella, ahora podía entender que gran parte de su tristeza se debía a eso—

— Voy a divorciarme de Sacarías—anuncio—

— ¿Por qué?—se quedó en silencio por unos segundos, tomó aire y se atrevió a hablar—

— Hija, es obvio el porqué. Cuando él te dijo la verdad lo odie...—cerró sus ojos en un acto de impotencia—yo no quería que tú supieras la verdad. Deseaba con todas mis fuerzas que tú fueras hija de Sacarías, el hombre que yo amaba. Tal vez ese deseo no me permitió ver lo injusto que estaba siendo el contigo y lo peor fue que yo lo permití...—su voz se derrumbó y después de tanto la vi llorar—perdóname hija—tomo mi mano apretándola con fuerza—

— Yo ya te perdone mama—dije mirándola a los ojos, ella se sorprendió al escucharme y más lagrimas abandonaron sus ojos—ya han pasado más de dos años desde que supe la verdad si tú aun sigues con tu esposo es porque lo necesitas tanto como te necesita el a ti... él te ama y siempre te ha amado. Si le das una oportunidad a él también te la darás a ti...

Mama sonrió sin decir nada más, acaricio mi mejilla y me llevo junto a ella para abrazarme, me recosté en su regazo y ella peino mi cabello con sus dedos, como no recuerdo que lo hubiera hecho jamas, pero se sentía bien, en estos momentos lo necesitaba, la contención de una madre.

MI VIDA SIN TI... (segunda temporada de "El prometido de mi hermana")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora