Capítulo 45: Llegó la hora

5.3K 368 93
                                    

Poché Pov

Todo había pasado muy rápido...Y sobre todo las piezas del ajedrez se habían acomodado de forma perfecta para que Luna y yo cayéramos en manos de Michael y Richard.

Solo nos escondimos un par de minutos por diversión en aquella bodega y justo antes de salir y regresar con los guardias de seguridad impuestos por mi amor...Sentí un par de manos sujetar mi boca y mi cuerpo mientras que otras manos me aplicaban una inyección. Sinceramente no sabía lo que había pasado con Luna, lo único que recuerdo antes de quedar desmayada fue a Luna pegar un pequeño grito a la hora de ver a esos dos rufianes.

-¡Vaya! Al parecer despertaste María José.-la voz de Michael se hizo presente en lo más profundo de mi cabeza. Todavía seguía algo mareada por la dosis tan fuerte que habían echado en esa inyección.

Intenté levantarme poco a poco, pero fue inútil. Tenía los brazos atados a un poste de madera en mi espalda y las piernas atadas con una cuerda que me impedían moverme.

-¿Qué...Qué pasó? Yo...No recuerdo nada, solo recuerdo haber corrido con Luna en la tienda.-dije para mí misma intentando reaccionar. Sacudí mi cabeza y abrí los ojos un poco más para poder apreciar a mejor detalle el lugar en el que me encontraba.

Mis ojos empezaron a observar el pequeño cuarto en el que estaba...Algo como una cabaña de madera donde solo había una pequeña cocineta, un comedor, una cama matrimonial y un par de adornos marinos por toda la cabaña...Absolutamente todo de madera.

-¿Dónde estoy? ¿Dónde está mi hija?-empecé a preguntarme mirando para todos lados. Miré a mi derecha y pude observar el pequeño cuerpecito de mi hija atado de brazos a la pata de la mesa del comedor. Al parecer Luna seguía dormida por la forma en la que su cabeza colgaba.

No pude evitar sentirme demasiado mal al verla atada de esa forma junto a mí.

-Poché, Poché, Poché...Estamos pasando unas divertidas vacaciones en esta isla desierta...En esta cabaña abandonada a las afueras de Miami. Stiltsville para ser exactos.-Richard apareció caminando frente a mí solo en shorts cafés y una camiseta de tirantes blanca.

El sonido de las aves combinado con la brisa calurosa comenzaron a hacerse presentes.

-Si María José, necesitábamos que despertaras para que apreciaras esta hermosa vista, el mar, la arena, el calorcito, y ese rico olor a venganza, destrucción y madera. Necesitábamos que disfrutaras del último día de tu vida.-habló Michael quien estaba sentado frente a mí en una mecedora...De madera bebiendo una cerveza.

El viejo gordo tenía más canas que antes, estaba más acabado. Pero de igual forma tenia simplemente un short azul y la camiseta de tirantes blanca que hacia resaltar más su gordura y su pelo en pecho.

-¿Pensaste que te saldrías con la tuya tan fácilmente? ¿De verdad pensaron Daniela, Valentina y tu iban a tener la vida perfecta poniéndonos detrás de esas rejas?-preguntó el gordo soltando una carcajada, yo solo lo miraba con odio y escuchaba cada palabra atenta.

-Solo nos bastó con tener un poderoso aliado en el FBI para poder escapar de ese infierno y venir a cobrar venganza.-esta vez habló el hijo de Michael. Se agachó y quedó a la altura de mi hija dormida.

-Pero mira...Que hermosa hija tienes...Se parece mucho a ti. Una mini amenaza.-Richard siguió hablando apretando la barbilla de Luna para admirar sus facciones.

Mi cerebro estaba lleno de sangre y odio, en cualquier momento iba a brotar sangre de mis orejas. Estaba intentando permanecer callada para no darles más armas para atacar mis puntos débiles, pero esta vez no pude callar.

CAMBIO DE PLANES (CACHÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora