Capítulo 47: El hubiera no existe

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Daniela Calle Pov

Poché...

Esto no podía estar pasando.

Me levanté como pude encargándole a las dos chicas a uno de los militares. Mis ojos estaban llenos de lágrimas, mis oídos completamente tapados con un zumbido insoportable.

Todo comenzó a pasar en cámara lenta, caminaba con gran dificultad, los militares intentaban apagar el fuego lentamente, algunos hacían movimientos extraños queriendo llamar mi atención y a George lo había perdido de mi vista.

Llegué hasta donde habíamos dejado a María José y me encontré con cuatro militares haciendo a un lado pedazos de madera que habían caído al momento de la explosión.

-¿Dónde está la señorita que estaba aquí dentro?-pregunté directamente al grupito. Ellos negaron con la cabeza.

-Lo sentimos mucho señorita Calle...-dijo uno de ellos agachando la cabeza.

Mi corazón se detuvo al escuchar sus palabras. Me dejé caer al suelo sin importar romperme las rodillas.

Mi mujer...El amor de mi vida...

¡NO! ¡NO! ¡Y MÁS NO!

Las gotas de agua incontrolables comenzaron a bajar en cuestión de segundos por mi rostro, mis pensamientos comenzaron a atormentarme. Yo misma me echaba la culpa de todo...Habíamos perdido mucho tiempo planeando las cosas...Queriendo que todo saliera perfecto y aun así no salieron bien las cosas.

Sentía como el mundo se me había venido encima, sentía una mezcla de dolor, tristeza y odio a mi misma.

-¡Puta madre! ¡AGH!-gritaba con furia mirando al suelo. Golpeé con uno de mis puños un pedazo de madera y los militares me miraron extrañados.

-Eh...¿Señorita Calle? ¿Qué le pasa? ¿Se encuentra usted bien?-preguntó un militar tocando mi hombro. Lo miré con cara de "¿Es en serio lo que me estás preguntando?"

-¡Que pregunta tan más pendeja por dios! ¡Acabo de perder al amor de mi vida! ¡Está muerta! ¡Dios mío! ¡Y yo no pude salvarla!-grité golpeando al militar en el pecho con mis puños queriéndome desquitar de sus estúpidas preguntas.

-Eh...Creo que no me entendió agente Calle.-dijo el militar agarrando mis muñecas. Lo miré con las lágrimas aun corriendo, levantando una ceja.

-Digo...Lo que sucede es que...Su mujer no se encuentra bajo los escombros. No sabemos dónde está...Es como si la tierra se la hubiera tragado o bueno...Como si alguien se la hubiera llevado antes de la explosión.-respondió aclarando sus palabras anteriores. Sacudí mi cabeza aun sin poder escuchar bien lo que acababa de decir.

-¿Qué? Perdón, la explosión me dejó un poco sorda...¿Puede repetir lo que acaba de decir?-le pedí nuevamente. El militar sonrió y asintió.

-Le repito que su mujer no está...-empezó a decir el militar, hasta que fue interrumpido por una persona.

-Creo que estás buscando a este pollito rostizado.-la voz de un hombre en medio del fuego llamó mi atención. Tenía a un pequeño cuerpecito cargando en sus brazos.

¿Pollito rostizado?

El militar...Policía tenía un enorme casco y más de media cara cubierta con un trapo evitando la entrada directa del humo en sus pulmones, lo que impedía que reconociera su rostro o mínimo su voz.

Me levanté con ayuda del militar que anteriormente me estaba explicando lo que sucedió y ahí pude apreciar ese cabello azul, ese perfecto rostro lleno de cenizas y quemaduras al igual que su ropa llena de agujeros provocados por el fuego.

CAMBIO DE PLANES (CACHÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora