Título en suspención por falta de imaginación

Mi peor enemigo

Lágrimas salen de mis ojos, lágrimas que no paran de brotar. ¿Deberían estar ahí? No lo sé, no tengo ni una mínima idea. Si esto es lo que siempre quise, ¿Por qué me duele tanto ahora? ¿Por qué no sé qué hacer? ¿Por qué mis palabras no pasan el nudo invisible de mi garganta? Y ahora que por fin ha pasado me hace preguntarme ¿Era esto lo que siempre quise?

Una vida. Una vida es una vida. Todos tenemos derecho a vivirla. No. Tú no lo tenías. No si tu vida consistía en joderle la vida a los demás. Pero aún así era una  vida, una vida que no tenía porque acabar. Pero entonces, ¿debí haberte salvado? Si te deseé la muerte tantas veces, ¿debí respetar tu decisión de quitarte la vida o actuar? ¿Actuar? ¿Cómo lo habría hecho? Si según tú no te conozco de verdad, si te odio con cada fibra de mi ser, si te odio, te odiaba...

Lo siento, se me olvida. Se me olvida que ya no estás aquí, que a partir de ahora solo hablaré de ti en pasado, que ahora yo tendré que arreglar el daño que le has causado a él. A él que no tuvo culpa ninguna y que sólo le utilizaste de coartada para suicidarte, a él que le hiciste pasar por mil y un tormentos, él que es mi mejor amigo. Al cual hiciste todo el daño posible antes de marcharte, él que no va a poder resistir este golpe. Por eso te odio. Te odio tanto... Lo siento, se me olvida... te odiaba.

Por eso te dedico esto. A tí, cuya muerte deseé mil veces y ahora que se cumplió no sé cómo continuar. A tí, cuyo nombre ya no podré volver a mencionar. A tí, que tantas vidas has jodido y decidiste acabar quitandote la tuya. A tí, que sin resentimiento ni culpa dejas a gente destrozada tras de tí. A tí, la persona que más odio me ha hecho sentir. A tí, mi peor enemiga... Adiós.