Título en suspención por falta de imaginación

.

¿Cuándo me volví tan dependiente? No lo recuerdo. ¿Cuando me llegaste a importar tanto? No lo sé. ¿Cuando me acostumbré a esta extraña amistad? La verdadera pregunta es ¿acaso lo hice?

Sí, me acostumbré, me acostumbré a nuestra amistad, me acostumbré a tí, me acostumbré a nuestros momentos juntos en los que parecíamos pareja, me acostumbré a tus te quiero y me acostumbré a decírtelo también. Me acostumbré y ahora que lo he dejado, no siento que lo necesite de nuevo.

Lo siento pero es que no estoy acostumbrada. Mi mente se dejó llevar en esas dos semanas que no hablamos y me desacostumbré a todo lo que fuiste. Me desacostumbré y me di cuenta que no quería volver a acostumbrarme a tí.

Te necesité, necesité a alguien y tú apareciste, convirtiéndote en la persona más importante en mi vida, mi musa, mi amigo, mi todo. Pero ya no necesito a nadie. Ya no te necesito, ya no necesito que me ayudes. Lo que antes ansiaba, ahora me cansa. Lo que antes amaba, ahora me estresa. Antes te quería y ahora dejaste de importarme.

Lo siento, sé que es duro de asumir, sé que no lo puedes entender y sé que nunca llegarás a hacerlo, pero no puedo hacer nada. He cambiado. Y he cambiado por qué tú has cambiado. Ahora solo puedo darte la razón porque has demostrado que cambiar por amor es posible, aunque también debes recordar lo que te dije, cambiar por odio es lo más común. Y aquí estoy para evidenciarlo.