EL futuro da miedo cuando no tenemos claro nuestro camino, Kaminari Denki es un chico que solo busca disfrutar su presente junto a su mejor amigo Kirishima, quien había estado a su lado durante mucho tiempo y apoyado. Sin embargo ciertos acontecimie...
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La mañana del domingo Kaminari se había llenando tarde, lo suficientemente tarde para que el reloj marcara las 12 del día. Su rutina del domingo iniciaba mirando su celular para revisar todos los mensajes que tenia respondiendo cada uno de ellos, ademas de revisar las notificaciones que habían llegado durante la noche, algunas de vídeos en youtube y otras de Twitter, al final, el reloj termina marcando la una de la tarde, por lo que sin mas remedio, el rubio se levanta de su cama.
Se queda mirando el teléfono un poco mas mientras sale de su recamara rascando su cabellera, despeinándola mas en el proceso. El rubio se dirige a la cocina y revisa lo que el dia de hoy tiene por desayuno... O mas bien comida.
-¡buenos días solecito!-hablo la señora Kaminari quien entra a la cocina con una alegre sonrisa y abraza a "Su pequeño bebé" entre sus brazos. La señora Kaminari tiene una apariencia joven ademas de usar unos lentes redondos que solo la hacen ver como una mujer mayor. Su cabello esta arreglado en una coleta, es algo largo así que algunos mechones cuelgan por delante de su rostro, tiene unos acaramelados ojos llenos de brillo que igualan a los de su hijo, era una copia exacta de él.
-mamá tengo 18 años...-el rubio se safo de los brazos de su madre y camino al refrigerador para tomar una botella de agua helada.
-no importa cuantos años tengas, para mi siempre serás mi bebé-la rubia tomo los cachetes de su hijo y los apretó con fuerza.
-ya basta, mamá-dice Kaminari entre risas-¿ocurrió algo o por que tanto amor?
-nada, cariño, solo pasa que tu padre me invito a ir de viaje... será un crucero de dos semanas ¿crees poder vivir sin mi ese tiempo?
-¿que? no, no, no, no no podría vivir sin ti madre-dice con sarcasmo-¿quien lavaría mi ropa?-la madre del rubio tomo un trapo y se lo lanzo a la cara ganándose una risa de parte de Kaminari-ya sabes que adoro que se diviertan, no tienes porque preocuparte por mi, ya les quite 18 años de sus vidas.
-así es, nos quitaste demasiado...-menciona la mayor-pero aun así no nos arrepentimos de nada, aunque seas un completo idiota.
-yo también te amo, mamá-Kaminari sonríe ampliamente y luego bebe de la botella.
-llamo tu abuelo...-el rubio escupió todo el agua que había tomado.
-¿que? la ultima vez que hablo fue cuando estabas embarazada de mi y fue para pedirte que me abortaran...-Kaminari limpio el agua y la saliva de su cara prestando atención a la expresión de su madre-¿que es lo que quiere?-pregunta en mala gana con una mueca de disgusto y un ceño fruncido.
-él quiere hablar contigo-Kaminari soltó una carcajada llena de rabia. Si bien él no conocía completamente al viejo, por las historias contadas por su madre y padre sabia lo suficiente para odiarlo, así que su llamada para él era una cosa de gracia pertenecientes a un mal chiste. No tuvo que ocultar el desagrado a su madre, quien rápido noto esa mirada que lo decía todo.
