Capitulo III

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Cuando las clases terminaron, tanto como Kaminari y Kirishima tomaron caminos separados, no sin antes darse ánimos mutuamente pues ambos se enfrentarían a fuertes batallas donde tendrían que pelear contra ellos mismos

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Cuando las clases terminaron, tanto como Kaminari y Kirishima tomaron caminos separados, no sin antes darse ánimos mutuamente pues ambos se enfrentarían a fuertes batallas donde tendrían que pelear contra ellos mismos.

Kaminari tomo la hoja que su madre le dio y se dirigió al barrio que señalaba, donde al parecer estaba lleno de casas grandes donde personas de gran fortuna vivían. El rubio se sintió un poco fuera de lugar al caminar por esa calle, el nunca había ido por aquellos barrios de gente rica, pues su lugar era en su edificio, un lugar donde la clase media residía. Las calles estaban limpias y completamente vacías, casi no habían carros circular por la zona por lo que se podía caminar por la acera sin peligro alguno. Kaminari fue mirando el numero de las casas y los nombres hasta llegar al numero indicado en la hoja.

El apellido Fujiwara estaba anotado sobre el numero de la residencia, dando por sentado que estaba en el lugar correcto.

Dudoso, toco el timbre y simplemente espero. Pasaron cortos segundos cuando una mujer de mediana edad abrió la puerta, vestida con un vestido color azul cielo junto con un mandil de color blanco, sobre su cabello oscuro había un corro que caracterizaba a las sirvientas, por ello el rubio comprendió de inmediato que se trataba de una trabajadora de su abuelo.

—Buenas tardes, soy Kaminari Denki... soy...

—el nieto del señor Fujiwara—acertó la mujer en un tono suave—adelante, el esta esperando—la dama abre por completo la puerta y le da paso al rubio al hogar del abuelo.

El recibidor era mucho mas amplio de lo que algún día vio, el piso de madera mantenía formas hermosas que brillaban a lo impecable del hogar, las paredes eran de un color beige que quedaba a juego con los muebles oscuros, los suelos y las luces doradas que adornaban el lugar. Su mirada recorrió cada rincón del recibidor que era separado por grandes puertas de papel tradicional japonesa, la decoración del Sakura se le hizo un adorno impecable que le dejo con la boca abierta. Al final del pasillo se encontraba la sirvienta esperando a que el rubio se acercara a la puerta que se encontraba ahí y cuando este lo hizo ella simplemente deslizo la puerta de papel decorada con Sakura mostrando la habitación del otro lado.

Era una sala equipada con muebles tradicionales, los sillones como los de su hogar no entraban en el diseño de la casa, en cambio había una mesa larga donde las sillas eran suplantadas por cojines que desde lejos se veían cómodos. Al fondo de la habitación se encontraba el anciano sentado con las manos expuestas en la mesa, en su rostro había una sonrisa amigable, algo distante a lo que el rubio se imaginaba.

—muchas gracias Hanabi—la mujer de cabello oscuro hace una reverencia y se retira de la sala cerrando la puerta en el proceso—Kaminari... Denki...—la voz áspera del hombre hizo que el nombrado regresara a la realidad e hiciera una reverencia. Odia al viejo pero eso no quería decir que debía ser maleducado.—toma asiento—el anciano de blanca cabellera le pido amablemente señalando todos los asientos disponibles alrededor de la gran pero al mismo tiempo pequeña mesa.—waaa, eres un muchacho realmente apuesto—menciona cuando Kaminari toma asiento muy alejado de él—puedo ver que incluso te pareces a tu padre—las palabras amables del hombre le dejan mudo.—veo que estas bastante sorprendido.

Un futuro contigo | Kirikami| Kaminari Denki x Kirishima EijiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora