EL futuro da miedo cuando no tenemos claro nuestro camino, Kaminari Denki es un chico que solo busca disfrutar su presente junto a su mejor amigo Kirishima, quien había estado a su lado durante mucho tiempo y apoyado. Sin embargo ciertos acontecimie...
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Una repentina tormenta baño la ciudad, tomando de improvisto a aquellos caminando por las calles. Era temprano y a pesar de que el sol se había anunciado reluciente, las nubes cubrieron el deslumbrante cielo azul y en poco tiempo las gotas de lluvia cedieron. La lluvia golpeaba las ventanas de la academia, siendo el golpeteo el único que se escuchaba en el aula donde yacía una silla vacía.
Kirishima miro aquel asiento un poco inquieto, siendo seguido por un par de ojos mas, los cuales sembraban la misma duda. Aunque la respuesta para Kaminari era bastante clara, recordando las palabras dictadas por Mina.
«me iré lejos…»
Un extraño sentimiento de tristeza consumió un poco al rubio. El lugar que Mina había ocupado, le fue cedido al rubio, ahora él era quien sujetaría las penas de Kirishima y lo empujaría hacia delante. Mina renuncio a su relación con el pelirrojo para que pudiera ser feliz junto a él, estaba agradecido, pero aun así la tristeza le consumió un poco.
Un suspiro se escapo de los labios de Kaminari y después un estruendoso trueno rompió con el tenso silencio. Ese podía ser el almuerzo mas silencioso de todos. Pues mas de uno extrañaba la presencia de la joven chica que se había marchado con la promesa de un día volver.
Yuki miro de reojo un poco el lugar, sabia perfectamente la situación, estuvo ahí en el momento en que ella se despidió, aunque Mina no fue capaz de verla. Estaba segura de que ella volvería, por lo tanto su ausencia no causaba impacto en ella, además sabia perfectamente las razones por las que esta se marcho y no podía estar mas contenta. Extrañarla con tristeza no hará que ella volviera, pues sus metas eran otras y es por ello que solo esperaba con alegría su regreso.
La pelo rosa se levanto de su asiento cuando tuvo suficiente de ese aire deprimente, depósito una rápida mirada a Sero antes de salir para ver la expresión que este tenia. Estaba perdido en la tormenta, pero no estaba entristecido, parecía mas alegre y la sonrisa en su rostro lo delataba, al igual que sus ojos, los cuales, no supieron guardar su secreto.
Yuki sonrió de lado y salió del aula para caminar un poco por los pasillos, a unos cuantos segundos de salir, pudo escuchar junto con el sonido de la lluvia los pasos de alguien seguirle.
—estuviste ahí—dijo Jirou haciendo que Yuki se detuviera, aun dándole la espalda.
—si, estuve ahí—confeso, no tenia razones para ocultarlo.
—entonces fuiste tu quien hizo que Sero…
—No—negó mientras le dirigía la mirada acompañada de una ligera sonrisa. Jirou se extraño, pues Yuki parecía decir la verdad.
—¿Entonces?
—fueron ellos, claramente—respondió con total calma. Jirou miro directamente a los ojos a la contraria—yo solo estuve ahí por otras razones… deje mi trabajo como cupido, como te lo prometí—la contraria expresa sorpresa—tenias razón… aprendí la lección, Kirishima y Kaminari son la ultima pareja a la que reuní, ahora tengo otros intereses.—expreso con una persona en mente.
—¿Bakugou?—Jirou también era buena deduciendo. A pesar de que no era cupido, sabia perfectamente que tipo de relación abordaban ese par, desde luego, tampoco era un misterio para el resto. —¿No iras a Roma?
—No—respondió con sinceridad.—¿Sabes? Desde un inicio me dijeron que Cupido nunca debe enamorarse, que él solo puede amar una vez y cuando es así, es una condena, entonces decidí evitar mis propias flechas sin darme cuenta que los humanos tienes sus propias flechas… lo que siento por Kacchan ahora, es lo que unió a Kirishima y Kaminari, se siente cálido y me aterra al mismo tiempo—la pelo rosa se sincero frente a Jirou—quise alejarlo por eso, pero ahora solo quiero acercarme mas a él, sostener su mano y sentir la calidez de sus labios… “Cupido no se enamora” que mentira—se burlo—la verdad es que cupido también se enamora.
Jirou estaba impresionada por la sinceridad de Yuki, incapaz de saber como reaccionar, no tenia palabras para expresar.
—lo siento—se disculpó de la nada—hable de mas—sonrió nerviosa.
—no…—Jirou sacudió sus manos de un lado a otro negando una vez tras otra—creo que es bueno escuchar eso…
—me preocupa esta tormenta—de pronto la pelo rosa cambia de tema de conversación—es como si…
—tratara de advertir algo malo—Jirou termino la frase—¿Tu también lo sentiste?
—me hace sentir incomoda—un relámpago ilumina el cielo en ese momento, como si el universo tratara de decirles algo—tengo un mal presentimiento…
•••
Kaminari se giro para ver a Kirishima, este, parecía estar un poco perdido. Tenia su mirada fija en el escritorio y sus manos yacían a sus costados, el energético chico estaba con los ánimos por los suelos, Kaminari conocía perfectamente esa mirada, la cual le daba un mal presentimiento.
Dejo que el pelirrojo pensara lo que en ese momento se cruzaba por su cabeza.
Cuando las clases culminaron Kaminari se giro de inmediato a Kirishima, dispuesto a invitarlo a su casa con el propósito de pasar tiempo juntos y quizá hablar sobre eso que le mantenía tan pensativo. Kaminari observo los ojos de Kirishima esperando a que el pelirrojo le mirara. Cuando Kirishima se encontró con la mirada del rubio, se sobre salto un poco al ver que las clases ya habían concluido.
—¿estas bien?—pregunto Kaminari.
Kirishima asintió con la cabeza, pero esto no trajo calma al chico, todo lo contrario, solo le causo mas intriga e inquietud.
Kaminari tomo sus cosas y salió junto a Kirishima, con un plan en mente para averiguar lo que le estaba pasando. Estaba al tanto de que tenia sus propias cosas en las que pensar, pero su promesa permanecía intacta, no estaba dispuesto a dejar caer a Kirishima, es por eso que le siguió, esperando a que este hablara.
Kirishima se detuvo en la entrada de la academia, la mayoría de los estudiantes ya se habían marchado y solo quedaban unos pocos.
—Kaminari—la forma en la que el pelirrojo le llamo hizo que un escalofrío recorriera su espalda, pero no de esa forma nerviosa si no en torno a miedo. Su nombre había sido pronunciado de forma insípida, de una forma en la que Kirishima nunca le llamo.—yo…—el chico negó y luego bajo su mirada.
Kaminari pudo notar como el cuerpo de Kirishima se tensaba. Era como si estuviera conteniendo algo, estaba molesto, su frente arrugada lo decía, pero sus ojos se mostraban tristes, decaidos y por un momento, Kaminari creyó ver una lagrima.
—Kirishima…
—mi padre volvió ayer—menciono el pelirrojo sin presta atención al llamado de Kaminari—él… vio que gane la competencia—algo dentro de Kaminari no le permitió sentirse feliz por lo que le contaba—y… también se entero del beso—el rubio sujeto con fuerza las correas de su mochila, sintiendo cada fibra de su cuerpo tensarse.—él… quiere que… —Kaminari entendió casi de inmediato las palabras de Kirishima, con miedo a que sus deducciones fueran correctas.
—¿Qué?—cuestiono con un nudo en su garganta que le advertía un dolor inmenso.
—no acepto lo nuestro…—escupió finalmente—Kaminari yo….
—¿Es una broma verdad?—Kirishima levanto su vista a penas escucho la voz afligida del rubio. Sus ojos divisaron a un Kaminari casi deshecho bajo la luz del sol dorado, reflejando las lagrimas que desbordo con tristeza.
—lo siento—dijo con todo su corazón, sintiendo como el mismo se destrozaba y caía al suelo hecho trizas—yo… no quiero lastimarte…
—entonces ¿Por qué?—pregunto dando un paso atrás, sujetando los últimos cachos de su ser que restaban que temía por perder—¿Por qué…?
—¡Hey par de tortolos! ¿A dónde van?—grito Sero sin saber nada de lo que estaba sucediendo—¿eh? ¿Qué son esas caras…?
Como siempre, Yuki y Jirou estaban cerca al chico alto, así que el trio de amigos contemplaron la escena.
—dijiste que me amabas—comento Kaminari limpiando sus lagrimas—dijiste que ya no tendríais miedo de mostrarlo al mundo… ¿Qué paso con eso?¿Lo olvidaste?
—no…todo lo que dije es cierto… solo que necesito mas tiempo… necesito pensar…—Kaminari tomo aire y miro a su alrededor para tratar de no golpear a Kirishima en la cara—mis sentimientos son reales, no los cambio, pero necesito saber que debo hacer… mi padre…
—no importa—Kaminari interrumpió al pelirrojo—solo has lo que quieras hacer… solo…hazlo…
Kaminari dio media vuelta y retomo el camino a casa, dejando atrás a Kirishima que lo llamo una y otra vez, pero simplemente no miro atrás, no quería verlo, pues el dolor que sentía aumentaría.
—¿Qué mierda acabas de hacer?—Sero tomo de la camisa al pelirrojo—dime que no hiciste una tontería…
—no quiero que Kaminari salga lastimado…
—pues adivina que, ya lo has lastimado—Kirishima sintió la presión en su pecho, estaba al tanto de ello, pero aun habían tantas cosas revueltas en su cabeza que le impedían pensar claramente—¿por qué? ¿Por qué lo llevas al cielo y luego lo dejas caer en lo mas profundo de la tierra? ¡¿Por qué?!
—mi padre…—Kirishima no pudo terminar de responder cuando el puño de Sero golpeo su rostro. El chico cayo al suelo, con miles de emociones en su cabeza, incapaz de expresar solamente una.
—¡Me estas jodiendo! ¿Verdad?—grito molesto el pelinegro.
—Sero… cálmate—Yuki intento relajar al chico que parecía estar mas que furioso.
—yo pensé que tomarías decisiones correctas a partir de ahora… que no serias capaz de arruinar todo lo bello que habías conseguido…al final sigues siendo el mismo idiota inseguro que lastima a Kaminari ¡¿Realmente lo amas?! Porque no lo parece…
El silencio se planto entre los cuatro, permitiendo que los pequeños sollozos de Kirishima fueran escuchados, sorprendiendo a los tres chicos.
—yo estoy igual de destruido…—el chico permaneció mas tiempo en el suelo, sintiéndose derrotado por la vida.—tuve que hacerlo…de lo contrario…Kaminari saldría lastimado…
La curiosidad tomo el cuerpo de Yuki y la hizo acercarse a pelirrojo, poniéndose de cuclillas frente a él.
—siento que hay una historia aun por contar—Kirishima se encontró con los ojos de la pelo rosa, el rostro de ella se encontraba comprensivo, sin tomar decisiones apresuradas como el pelinegro.—quiero escuchar todo…no como Cupido si no como tu amiga.
Y aunque el final de la tormenta había llegado, la calma aun no hacia presencia. Las pequeñas gotas de lluvia aun yacían acumuladas en un gran charco.
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Odiemos al padre de Kirishima.
Que quede claro que esta vez no es culpa de Kiribb es culpa de su padre. Por favor no le peguen ｡:ﾟ(;´∩';)ﾟ:｡
