EL futuro da miedo cuando no tenemos claro nuestro camino, Kaminari Denki es un chico que solo busca disfrutar su presente junto a su mejor amigo Kirishima, quien había estado a su lado durante mucho tiempo y apoyado. Sin embargo ciertos acontecimie...
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La cortina verde de su habitación obstruyo cualquier rastro de sol que pudiera brindarle un poco de luz. Ashido Mina, por primera vez se sentía deprimida. Se quedo sentada sobre su cama en la esquina de la habitación, abrazando sus rodillas y suplicando a los cielos que todo acabe. Esta tan consciente de la situación tan deprimente que comienza a odiarse, a pesar de que había prometido que no volvería a hacerlo.
Su mente era una guerra. Estaba harta de la gimnasia rítmica, ya no quería seguir haciéndolo, pero su madre, al enterarse de sus decisiones tuvo un shock que la mando al hospital. Ahora comprendía que sus decisiones dañaban a las personas que le rodeaban. Si dejaba la gimnasia su madre podría sufrir daños pero si seguía con ello, se traicionaría así misma y sus nuevos objetivos.
No sabia que hacer, estaba entre la espada y la pared.
Seguir sus sueños o complacer a su madre. Tenia que tomar una decisión pero no podía hacerlo, no podía seguir haciendo gimnasia, su pasión se había acabado, no quedaba nada, quería tomar su propio camino, uno escrito por ella mismo, no dictado por su madre.
El timbre de su teléfono le hizo salir de la cama e ir hacia su escritorio para responder la llamada.
—¿Cómo esta?—pregunto Mina.
—esta bien, sigue conmocionada pero los doctores dicen que estará bien, que no presenta riesgo alguno—la chica dejo salir un suspiro al escuchar las palabras de su padre—para tu madre… realmente la noticia fue inesperada para ella… el doctor dijo que la sorpresa le provocó un colapso pero que la gravedad es realmente nula, es una dramatización de tu madre… creen que es actuado—el hombre soltó una risa para tratar de tranquilizar a su hija—tranquila no pasara nada, ya conoces como es tu madre—inquirió cuando noto el silencio de su hija.
—todo es mi culpa—escupido la chica con una voz afligida—no debí… yo…
—Basta Mina, tu madre nunca ha tomado bien una decisión que no la beneficie a ella—la pelo rosa limpio una lagrima que se escapo sobre sus mejillas—entiendo que te sientas culpable pero no es así, estoy realmente orgulloso que hayas tomado una decisión por placer propio y no por orden de tu madre.
—no sé si es lo correcto—confeso Mina agachando su mirada—quizás deba reconsiderarlo.
—¿te estas dando cuenta de que es lo que tu madre quiere?—cuestiono el hombre al otro lado de la línea, tomando asiento en una banca cerca de la habitación donde se encontraba internada la madre de Mina.
—¡¿Entonces que se supone que deba hacer?!—para ese punto fue complicado seguir sosteniendo las lagrimas.—¡no se que hacer! ¡Estoy perdida! ¡No quiero decepcionar a nadie!
