EL futuro da miedo cuando no tenemos claro nuestro camino, Kaminari Denki es un chico que solo busca disfrutar su presente junto a su mejor amigo Kirishima, quien había estado a su lado durante mucho tiempo y apoyado. Sin embargo ciertos acontecimie...
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Su conciencia era un desastre, toda su alma se encontraba dolida al impacto de la discusión con su mejor amigo. Kaminari no podía ni cerrar un ojo sin pensar inmediatamente en sus palabras, pero simplemente una parte de él se sintió aliviado, como si de alguna forma dejar salir todo eso fuese algo bueno. Estaba tan confundido que ni si quiera sabia que era bueno y que era malo. Había una brecha pequeña entre ambas cosas y no sabía a cual lado saltar.
No quería ni imaginar como seria el día siguiente, era la primera vez que sus discusiones llegan al distanciamiento y la soledad ya comenzaba a abrumarle, debía ser fuerte, por él mismo y sus sentimientos rotos, debía mantenerse firme ante la adversidad como siempre lo había hecho, pero no podía hacerlo, esta vez era diferente, esa adversidad se trataba de su mejor amigo, de quien ahora yacía completamente enamora y por mas que quisiera seguir adelante como siempre lo hace, simplemente no podía. Dolía, cada parte de él le dolía y no parecía ser algo que se desvanecería pronto.
Kirishima jamas había visto tan triste a Kaminari, su mirada estaba llena de un sentimiento de abandono mientras que en sus hombros cargaba mas de un solo problema. Era asqueroso la forma en la que se había comportado, como un completo idiota que no pensaba en nadie mas que en si mismo.
Por un momento pensó "¿Es mi culpa que Kaminari se guardara todo para si mismo?" pero esa pregunta le hizo sentirse mas miserable que antes. Claro que no era su culpa que Kaminari ocultara todos sus problemas, pero era su trabajo apoyarlo, hacerlo sentir que no estaba solo como él siempre lo hizo. Kirishima no había sido un buen amigo en los últimos días contados, incluso se puso a pensar si en meses pasados lo había sido. No era tanto sacrificio como el de Kaminari.
Pasarle la tarea no era un sacrifico muy grande, que digamos.
Estaba molesto consigo mismo, por comportarse como un imbécil, por despreciar a su mejor amigo de tal manera. Y cuando volvía a mira los folletos de las universidades esa culpabilidad nuevamente reinaba dentro de él y se podía ver la tristeza reflejada en sus orbes.
—¿qué debería hacer ahora?—se pregunta así mismo cubriendo sus ojos con su brazo. —no puedo simplemente fingir que nada de esto paso, eso seria algo horrible para Kaminari...—El pelirrojo miro su teléfono ultima vez—no responderá mis mensajes, eso esta claro...—su mirada desemboca en la hora, haciendo que finalmente decida dormir, aunque el sueño no fuera un invitado especial esa noche.
•••
A penas Kaminari cerro un ojo esa noche inmediatamente despertó, quizá solo había dormido un par de horas pero a pesar de que el sol aun no salía, se podían preciar las nubes grises cubrir el cielo atrayendo la tormenta a la tierra. El rubio miro por la ventana unos cuantos segundos y observo después su reloj, eran a penas las seis de la mañana, su tiempo récord.
No tenia mas remedio que simplemente comenzar su día, hoy se sentía la persona mas miserable de la tierra, sus ojos se encontraban decaídos bañados en una profunda tristeza mientras que un aura de soledad le seguía por todo su departamento. El chico se puso su uniforme y fue a la cocina a buscar algo de desayunar, decidiendo preparar un sandwich de mermelada al ser lo único que sabia cocinar. Cuando el reloj marco las siete de la mañana decidió que era hora de marcharse a la academia.
