EL futuro da miedo cuando no tenemos claro nuestro camino, Kaminari Denki es un chico que solo busca disfrutar su presente junto a su mejor amigo Kirishima, quien había estado a su lado durante mucho tiempo y apoyado. Sin embargo ciertos acontecimie...
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El amanecer llego tan pronto que Kaminari ni si quiera sintió haber dormido, últimamente las noches eran cortas cuando dormía y eran largas cuando no lo hacia. A penas sentía que parpadeaba y el sol ya había salido. Se quejo en su cama varios minutos antes de escuchar el llamado a la puerta de su habitación. Su madre, vistiendo un vestido colorido junto con una chaqueta de color cafe entro en la habitación del chico para despedirse, pues hoy era el día en que ella y su esposo saldrían de viaje a ese crucero.
—ya es hora de levantarse Kaminari, recuerda que tienes algo importante que hacer hoy—comenta la mayor abriendo las cortinas permitiendo que los rayos del sol entraran por la ventana. Ese día Kaminari había pedido permiso para faltar a clases con la excusa que tenia que ir a visitar a su abuelo.—no hagas que te levante con un jarrón de agua helada.
—ya estoy despierto—murmura con la cara aun en la almohada distorsionando sus palabras.
—¿nuevamente no pudiste dormir?—pregunta la mujer tomando asiento en el borde de la cama echando un vistazo a la habitación de chico mientras masajea su espalda—no deberías desperdiciar tus noches en videojuegos.
—ojalá fuera por eso—el rubio despego su mejilla de la almohada quedando en ella una marca de la tela. Los pensamientos sobre Kirishima no desaparecían y ahora se le unía el tema de como decirle a su madre que se había enamorado de su mejor amigo. Pensar de nuevo en aquello y quizá la decepción de su madre, estampo de nuevo su cara a la almohada.
—aun queda algo de tiempo para irnos... ¿quieres contarme que pasa?—la señora Kaminari siempre había sido una madre atenta con su hijo, le gustaba hablar absolutamente de todo con él, le daba libertades y ciertas restricciones. no era estricta pero tampoco floja, era un termino medio lleno de amabilidad y dulzura, eterna confianza como un fiel confidente. Siempre dispuesta a escuchar sin prejuicio a su hijo y apoyarlo en lo que ella pudiera.
—ni si quiera se por donde comenzar—nuevamente su voz se distorsiona por la almohada tapando su cara.
—quizás deberías comenzar por quitarte la almohada de la cara, puedes asfixiarte—la rubia jala lentamente la almohada y la retira del rostro del chico para mirar los ojos del menor—¿que ocurre? ¿peleaste con Kirishima de nuevo?
—si tan solo fuera eso ya lo hubiera resuelto—la madre de ella asiente, pues lo conoce a la perfección y sabe de sus capacidades. Siempre que él y Kirishima discutían, arreglaban sus diferencias casi de inmediato con los mejores términos.—Kirishima tiene novia—no hay una respuesta por parte de la madre, si no una silenciosa sorpresa que le llena de una extraña confusión—y creo que...—toma un poco de aire—me estoy volviendo loco...
—¿por que?—la madre parece adivinar hacia donde va la conversación y comienza a peinar los rubios cabellos de su hijo para transmitirle mas confianza.
—es que yo...—las palabras se amarran a su garganta y no salen a los intentos del rubio por decirlas.—¿que pasaria si a mi me gustara chico?—y ahi estaba.
