Capitulo XX

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Kaminari dejo ambos tazones de ramen sobre la mesa frente al sofá de la sala, acomodo las sodas junto a ambos platos y luego tomo asiento

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Kaminari dejo ambos tazones de ramen sobre la mesa frente al sofá de la sala, acomodo las sodas junto a ambos platos y luego tomo asiento. Puso play a la película y luego agarro los palillos para poder disfrutar de ese delicioso ramen. La comida instantánea había formado parte de sus comidas las ultimas semanas, por suerte, sus padres regresaban dentro de un par de días y se daría fin a la tortura de no tener comida de calidad.

El rubio miro el tazón a su lado intacto y miro hacia la puerta de la entrada. Su corazón latió fuerte cuando el miedo le gobernó por un instante. Pero las preocupaciones desaparecieron al escuchar los pasos de Kirishima aproximándose a la sala.

Vistiendo su pijama negra, el pelirrojo se lanzo en el sofá y tomo su tazón de ramen para acompañar a su mejor amigo. Le entrego una cálida sonrisa al rubio y luego la atención de ambos perteneció a la película por completo.

—te odio—comento Kirishima mirando como Kaminari se comía la ultima papa frita en el plato—tienes buenos reflejos para ser malo en los deportes—se quejo.

—videojuegos—respondió Kaminari alzándose de hombros.—además, si no dudaras tanto quizá me ganarías la papita.

—¿y después tener que aguantar tus lloriqueos? No gracias.

—¿Quién esta chillando ahora?—Kirishima estampa un cojín azul en el rostro de Kaminari. —¡¿Eso que fue?!—Kirishima no respondió y tan solo se rio. Tomo los tazones de ramen, las botellas de refresco vacías y llevo todo al fregadero de la cocina—deja ahí, juguemos Mario Car—aporto el rubio con una sonrisa dibujada en su rostro. Kirishima le miro desde la cocina bastante aliviado de que las cosas hayan vuelto a la normalidad, aunque sabia que no podía ser desconsiderado.

—ni hablar—respondió rascando su nuca y sacudiendo un poco su pijama para deshacerse de los restos de comida que quedaron atrapados en la tela.

—¿tienes miedo de enfrentar al rey?—le reto el rubio.

—¿miedo? Kirishima Eijiro no conoce el miedo.

La tarde del fin de semana se compuso en jugar videojuegos y comer cualquier porquería. Solo fue hasta la noche que pararon, los bocadillos de acabaron y necesitaban salir a comprar mas, además necesitaban un poco de aire fresco.

Kaminari entro en la tienda de conveniencia y se dirigió de inmediato a las bebidas energéticas, pues sus planes eran no dormir hasta ver el amanecer. A penas Shinsou vio la cabellera rubia de Kaminari este estuvo a punto de dejar caer su cabeza sobre el mostrador. Kirishima en cambio no pudo evitar mirarlo con curiosidad, sus palabras aquel día le seguían persiguiendo y cada día que pasaba tomaban coherencia. Comenzaban a aterrarle.

El pelo morado miro inexpresivo al pelirrojo, esperando a que este le dijera algo o hiciera algo, pero este solo sonrió y luego persiguió a Kaminari por toda la tienda. Su rostro solo se planto frente a él cuando ya iban a pagar.

—¿Cuándo sales? ¿Te falta mucho?—pregunto Kaminari emocionado.

—no lo sé y deberías de dejar de tomar tantas bebidas energéticas—comento el pelo morado marcando los precios.

—¡Vamos hombre! ¡Necesito un buen adversario en el Mario car! ¡Kirishima es bueno pero demasiado lento!—Kirishima sonrió un poco avergonzado, no se le daban tan bien los videojuegos como a Kaminari.

—creo que él es suficiente—respondió el contrario sin interés alguno—son…

—¡Que será divertido! ¡Vamos amigo!—insistió.

—¿si digo que si dejaras de joderme?

—por supuesto—Shinsou dudo un poco, miro a Kirishima y luego dejo salir un suspiro.

—esta bien—Kaminari dejo salir un grito de victoria que tanto Shinsou y Kirishima tuvieron que callar.

El rubio salió dando saltos de alegría y hablando sobre lo bien que lo pasarían, pero Kirishima no estaba conforme con una cosa y había algo que aun le inquietaba. No estaba seguro de cuando tendría tiempo a solas para aclarar cierta duda.

—ah… Kaminari, olvide comprar algo ¿Puedes volver? Te alcanzo mas tarde—Kaminari asintió y continuo con el camino de regreso a casa.

La campana de la puerta hizo que Shinsou regresara su mirada a la entrada. En el lugar no había nadie mas que un hombre comprando una botella de leche, Kirishima se hizo un poco el tonto hasta que el anciano salió de la tienda. Era una noche tranquila y la tienda estaba algo apartada por lo que no muchos la recurrían.

Kirishima tomo una botella de agua y se acerco al mostrador.

—¿Puedo preguntarte algo?—le pregunto a Shinsou. El pelo morado no respondió nada pero presto toda su atención al pelirrojo.—¿Te gusta Kaminari?—la pregunta le toma por sorpresa, pero lejos de mostrarse nervioso o intimidado, se encuentra como un mar en el calma. Sus emociones son tan serenas como la expresión en su rostro que hace dudar a Kirishima un momento, creyendo que hizo una pregunta tonta.

—¿Por qué la pregunta tan de repente?—cuestiono.

—no lo sé, solo es lo que comentaste esa vez, mientras mas lo pienso mas siento que…

—me gusta Kaminari—Kirishima miro a los ojos a Shinsou y el miedo le recorrió la espalda con un escalofrió—¿Qué importa eso?

—dijiste que…—trato de hablar, pero de forma extraña sus palabras se atoraban en su pecho.

—sé lo que dije—Shinsou bajo su mirada —y no he cambiado mi posición ¿y tu?

—¿Él lo sabe?—el pelo morado dejo salir un suspiro y negó.

—¿Por qué tendría que saberlo?—el silencio torturo a Kirishima de forma abrumadora—no tienes que preocuparte por mi, Kaminari no se fijaría en mi ni en un millón de años.

—tienes que venir a jugar con nosotros.

—no puedo…

—no pregunte—Kirishima alzo un poco la voz, sorprendiendo a Shinsou—por mi esta bien, se ve que realmente le agradas—le muestra una sincera sonrisa—seria una pena si no asistes esta noche, el se sentirá realmente mal.

—¿es algún tipo de extorción?

—¿funciono?

—…

—comprendo, solo ven a jugar, hombre, ¡A divertirte un poco! Se nota que te hace falta—Kirishima pago la botella de agua con una sonrisa amigable en su rostro—nos vemos luego.

Shinsou observo a Kirishima marcharse, pensando en aquella propuesta, solo era un rato de juegos pero no podía dejar se pensar en la posibilidad de ser un muro interpuesto entre Kirishima y Kaminari, conocía sus sentimientos,  no quería hacer una tontería, por un momento solo quería seguir siento el vecino que Kaminari nunca vio. Si tan solo no hubiera llegado a la tienda esa noche.

—Shinsou, ayúdame con un par de cajas—comento la dueña sacándolo de sus pensamientos. Él pelo morado dejo de darle vueltas al asunto y se aseguro de terminar su trabajo.

Kirishima entro en departamento de la familia Kaminari, el rubio había dejado las bolsas con las golosinas sobre la mesa de centro en la sala, sus zapatos estaban mal acomodados en la entrada y su chaqueta tirada en el suelo cerca del perchero. El pelirrojo soltó una risa al ver los desordenados hábitos de su mejor amigo, los cuales había extrañado las ultimas semanas llenas de emociones y peleas.

Kaminari salió de su habitación terminando de acomodarse la camisa mientras hablaba de cosas triviales sin importancia alguna. Kirishima siguió su conversación agregando bromas y demás, volviendo a los viejos tiempos. Su sonrisa no pudo ser mas obvia, estaba realmente contento de que las cosas regresaran a la normalidad, pero aun había algo, ese sentimiento que no podía seguir negando pero que aun lo mantenía en duda. Kaminari parecía estar bien con la cercanía, pero Kirishima logro encontrar un poco de distancia aun.

Aquellos abrazos amistosos habían desaparecido, al igual que la mirada juguetona del rubio y las insinuaciones sexuales. No todo había regresado a la normalidad.

Kirishima se lanzo sobre el sofá grande y comió algunas golosinas mientras escuchaba hablar a Kaminari, este se movía de un lado a otro lleno de emoción por el tema, fue difícil no mirarle, pues cada que sonreía era un placer divino. Kirishima le escucho mientras le miraba atentamente, observando delicadamente las facciones de su rostro mientras este hablaba y hablaba con aquella gran sonrisa. Nunca había admirado tanto una sonrisa como lo había hecho con Kaminari.

—¡Waaa!—grito emocionado, lleno por la adrenalina proporcionada por la bebida energética—¡No tienes idea de lo genial que fue!—finalizo sentándose en el sofá, recostando su cabeza en el respaldo y sus brazos en los laterales.

Kirishima no respondió nada, solo miraba a Kaminari, buscando algún cambio en él que se haya perdido por culpa de su idiotez. Además de haberse duchado, no había ningún otro cambio mas. Su sonrisa parecía ser  la misma al igual que sus intereses. Llego un punto en que se preguntaba si los sentimientos hacia él ya habían cambiado. Eso sembró un poco de miedo en sus adentros.

Kaminari miro confundido a Kirishima sin entender a que se debía aquella mirada curiosa. Inevitablemente le recordó a cuando lo conoció de niño, cuando el hablaba de cualquier tema en especifico y este le prestaba toda la atención, una mirada infantil y adorable que le ponía siempre nervioso.

—¿Qué tanto miras? Me pones nervioso—comento hundiéndose mas en el sofá y desviando su mirada a otro sitio en la sala.

—perdón—se disculpo—solo que… de verdad extrañaba escuchar tu entusiasmo… —Kaminari trato de no lucir nervioso o sonrojado, al punto de tener que aguantar la respiración para no mostrar que aquellas palabras causaban un gran impacto en él. No quería incomodar a su amigo, pero tampoco parecía estar incomodo, nuevamente, parecía mas curioso, como si quisiera descubrir algo.

El llamado a la puerta hizo que Kaminari volviera a respirar, se levanto del sofá y de un salto fue a la puerta, con el corazón latiendo a mil por minuto. Al abrir la puerta se encontró con Shinsou, quien después de pensarlo largos minutos, finalmente decidió presentarse aun pensando que todo era una pésima idea.

Kirishima observo desde la sala el cabello del pelo morado y se incorporo de pie para ir junto a Kaminari.

—¡Así que decidiste venir! —Shinsou asiente tímidamente.

—hombre ¿Qué pasa con esa actitud?—cuestiono el pelirrojo—¿Quién se murió? Deberías sonreír un poco…—Shinsou hace una mueca que se atreve a llamar sonrisa.

—no creo que sea buena idea, así se parece al profesor Aizawa—se burla Kaminari produciendo que Shinsou borre su sonrisa—entra, nos espera una larga noche.

—eso no suena bien—Kaminari piensa en sus palabras nuevamente y cuando nota el otro significado un sonrojo se apodera de sus mejillas.

—mierda…—golpea su cara con su mano—¡No quise decir eso! ¡Me refería a que…!

—como sea… ¡Juguemos Mario car!—Shinsou presto un poco de emoción a su voz, sorprendiendo al par de amigos.

Shinsou tomo asiento en el sofá y tomo el control. Observo a Kaminari y Kirishima conversar y entendió su propósito de esa noche. No estaba ahí por Kaminari, era para darle una mano al pelirrojo, para ayudarle a aclarar sus sentimientos.

Siempre supo que no había oportunidad de tener el amor de Kaminari, comprendía perfectamente que ese amor le pertenecería a Kirishima, solo faltaba que él se diera cuenta que siente lo mismo. Y ese era su propósito esa noche.

—Kirishima—llamo al pelirrojo—si bajas la guardia, puedo ganarte.

¿Como los trata la vida? Espero que bien

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¿Como los trata la vida? Espero que bien. A mi me trata como una mierda asi que no se sientan solos.

[CAjita para depositar todas sus preocupaciones y tristezas]

Espero que aquellos que la esten pasando mal tenga dias mejores. Aun hay mucho por vivir, suerte a todos.
Los amo.

|KYM|

Un futuro contigo | Kirikami| Kaminari Denki x Kirishima EijiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora