EMPATÍA [YOONSEOK] Editando

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Ecos...
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Advertencias:
Gore mínimo.
Violencia.
Psicológico.

"Las personas como tu, no debieron existir nunca"

Esas palabras se repetían como un eco torturando dentro de su cabeza, el sonido de esas palabras se volvió tan potente que no era capaz de oír a las personas a su alrededor. El odiaba esas palabras y a todo aquel que se atreviera a dicirlas, el juro que no dejaría que nadie más se las dijera, no a el ni a nadie.
 
La respiración agitada de una persona chocaba entre las paredes de un sótano viejo y húmedo, el lugar holia algo mal pero nadie estaba seguro cual era ese olor  exactamente, humedad, abandonó, un calante olor a oxidación y cenizas.

Era un sótano donde regularmente insineraban la basura de sus huéspedes, así que las paredes y techo se habían teñido de un negro intenso dando un olor muy penetrante a cenizas y aceite quemado.

Desde el techo colgaban cadenas que con el viento que salía de las pequeñas ventanillas en las paredes provocando que chocaran unas con otras haciendo más tenebroso ese lugar, había mucho espacio dentro del sótano realmente las paredes eran de ladrillo a diferencia de el suelo de madera vieja la cual rechinaba siempre y debajo de esa delgada madera se podía escuchar claramente el sonido de las tuberías que recorrían agua a todo el lugar; había sólo una mesa de metal forjada a una de las paredes la cual tenía herramientas de reparación un poco oxidadas por la misma humedad del lugar.

Un chico se encontraba dentro de ese sótano, estaba atado e inmune a cualquier daño proveniente, su estado era crítico, su rostro y cuerpo estaba repleto de moratones, y su respiración no era para nada controlada todo parecía que le estaba dando una pequeña taquicardia, unos cuantos huesos rotos y de su boca en ocaciones escupia pedazos de sangre molida, el ya no estaba seguro si sólo era su sangre o pedazos de sus intestinos también.

El chico perdió la esperanza desde ya hacia un rato realmente después de intentar escapar de las cadenas apretadas que atrapaban y cortaban sus manos cada vez que el intentaba librarse de ellas, intentó mover la silla asta la mesa de herramientas unas cuantas veces asta que pudo ser consciente de que la silla estaba forjada con clavos al suelo, no podia gritar y su visión estaba un poco borrosa.

"Las personas como tu, no debieron haber nacido nunca"

El rechinido de la puerta de madera recorrió todo el sótano alertando al chico amordazado a la silla, intentando gritar y pedir ayuda sin resultados el sonido de la puerta cerrándose y los pasos de una persona sobre la madera, rechinaban avanzando hasta estar frente a él.

- Sabes eres muy bonito, es una lástima, ¿no es verdad? - Hablo con una dulce voz el que parecía un cazador dirigiéndose a su presa. Era su lugar favorito ese dulce sotano, como el lo escribia una habitación especial sólo para sus juegos y arte. Traer a alguien aquí era algo no muy casual pues casi nadie era digno y este no lo era para nada.