CAPITULO 4 ADVERTENCIAS

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En casa de los Pataki....

-Bien Helga dime que vamos a hacer ahora que arnold volvió, ¿Qué va a pasar con nuestra relación?

-¿Cuál relación Alan? Esto fue un negocio para mi padre

-Por favor Helga, tú habías accedido a que nos tratáramos mejor y a conocernos mejor, la relación ya estaba mejorando ¿o me equivoco?

-Creo que estas mal amigo mío, hay un mar de diferencia entre mejorando e hipocresía, deberías de intentarlo

-Estas diciendo que finges conmigo

-Vamos Alan como si tú no lo hicieras, ¿o acaso crees que no sé qué todavía sales con Lila a escondidas? y con 1000 chicas más.

-Eso es tu culpa, para que me des un simple beso te tengo que rogar o robártelos a la fuerza.

-Ahí tienes la respuesta Alan, el amor no se obliga, se siente o no y por milésima vez te lo repito no siento nada de amor por ti, ni siquiera te estimo, llegaste a tentar al idiota de Bob con tu dinero y empresa, por lo que llegaste y me arruinaste la vida

-Pero decidimos intentarlo y....

-Mira Alan podemos intentarlo mil años y ni aun así cambiaran mis sentimientos, no me agradas ni un poco.

Fue muy dura y directa como siempre lo era con él, pero esta vez Alan no lo soporto, la tomo de los brazos y la empezó a sacudir.

-¡ENTONCES DIME QUE LE VES A ESE IDIOTA!

-¡SUELTAME ALAN ME ESTAS LASTIMANDO! ¿QUE RAYOS TE PASA?

-¡RESPONDEME, SI NO QUIERES QUE LE DIGA A TU PADRE QUE SIGUES ENCAPRICHADA CON ESE IMBECIL Y ASI IRNOS A LONDRES!

-¡ALAN SUELTAME! ¡NI SIQUIERA TE HE DICHO QUE EL ME GUSTE AUN, SUELTAME ME LASTIM......

Alan la beso, su beso fue demandante insistente y lleno de furia, celos y con exigencia, Helga trato de quitárselo de encima pero Alan no lo hizo, agarro a Helga con una sola mano sus dos muñecas (ahora Alan era más fuerte) y empezó a bajar su mano por la espalda de ella.

Helga al notar lo que pretendía empezó a patear, por desgracia Alan estaba a buena distancia lejos de ella, por lo que no llegaban al lugar indicado las patadas, por lo que él siguió el camino de la espalda de Helga hasta llegar a sus glúteos y de ahí empezar a masajearlos un poco, se siguió un poco más abajo para las piernas de ella y después paro y regreso la mano por ese camino.

Se separó de ella con una sonrisa pero sin despegar su mano de su cintura de ella.

-Déjame a mi papa no le gustara saber lo que has hecho –Dijo ella con lágrimas en los ojos, estaba conteniendo el llanto y coraje de no poder defenderse.

-Ja por favor Geraldine, a tu papa le encantara saber que nuestra relación es mejor

-¡SUELTAME IMBECIL! ¡TE ASEGURO QUE MIS PAPAS SE ENTERARAN DE ESTO Y ENTONCE......

-Entonces nada Geraldine tú dices algo y entonces Arnoldo dejara de existir, ¿lo sabes? Tengo muchos medios para hacerlo.

-Suéltame Alan

-Más vale que cierres esa hermosa boca, querida –La soltó un poco pero de inmediato la tomo de los brazos nuevamente –Geraldine hablo enserio más te vale que no digas nada, mira puedes seguir saliendo con chicos e inclusive dejare que le hables a arnold, pero todas las tardes que se pueda vendré a tu casa, claro cuando los papis no estén y me enterare porque salen con los míos normalmente, más vale que cuando venga me obedezcas y me trates bien si no, bueno ya sabes la fuerza siempre ayuda ¿no preciosa? –Le planto un beso igual de enérgico pero esta vez mezclado de triunfo en los labios

LA DECISION DE HELGADonde viven las historias. Descúbrelo ahora