CAPITULO 10 JUEGO CON FUEGO II

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En un aula vacía se encontraban dos rubios quienes estaban conversando sin saber que un chico los buscaba desesperadamente por toda la escuela....

-Bien ¿Cuál es la respuesta Helga?

-Esto tal vez te responda mejor que mil palabras que pueda decir –Lo miro coquetamente –Es la mejor manera de expresarte lo que quiero –Se acercó peligrosamente a el

-Eh.... –La miro sonrojándose, no sabía a qué se refería pero sentía que el corazón se le salía

Helga se acercó más a él y puso sus brazos alrededor de él y lentamente cerró los ojos acercando sus labios a los de él, Arnold simplemente cerró sus ojos y dejo que lo besara.

Ambos se besaban dulcemente así sellando lo que harían a partir de ahora, jugarían con fuego y no les importaba quemarse lo único que les interesaba era lo que vivirían ahora y que estarían juntos aunque no fuera de la manera que ambos deseaban, pero eso lo pensarían después por ahora solo disfrutarían de su amor.

-¿Sabes que debemos tener mucho cuidado verdad? –Le dijo terminando aquel beso –Y que tal vez no pase de esto ya que yo me....

-Shhh –La callo y beso nuevamente –Lo resolveremos y será divertido ¿no crees?

-Tal vez –Lo miro sonrojada –Arnold será mejor que yo salga primero para que no sospechen

-Claro –La miro sonriente y la volvió a besar más insistente que antes

-Bien –Dijo un tanto aturdida separándose de el –Me voy

En cuanto salió al pasillo una persona llego, la cual era la que menos deseaba ver....

-¿Dónde estabas Geraldine?

-Por ahí, ¿algún problema?

-Ninguno pero para la otra avísame, llevo todo el almuerzo buscándote....

-Es por esto que no te quería en la misma escuela –Lo interrumpió bruscamente –No me molestes, yo puedo seguir haciendo mis cosas como hasta ahora, aun no somos esposos como para estar pegada a ti todo el maldito día, así que contrólate viejo.

Antes de que Alan reclamara por eso sonó la campana y tuvieron que irse a sus clases.

En la salida no encontró a Alan por lo que supuso que no la acompañaría a casa, dedujo que se había enojado por lo que le dijo y estaría planeando algo nuevo pero no le importo ya estaba cansada.

Arnold tiene razón, ¿Por qué dar todo por gente que nunca ha dado nada por mí? Pensaba mientras se dirigía a casa, al menos no lo que es importante para mi

-¡Helga!

¡Increíble!, pensó mientras volteaba a ver a quien le llamaba

-Dime

-¿Podemos ir por un helado? –La miro suplicante –Por favor todavía me debes una cita

-No creo que sea una buena idea –No quiera estar a solas con esa persona, ya había pensado en sus sentimientos y aunque no lo amaba como al cabeza de balón, le gustaba y a veces hacia que se confundiera.

-No te quitare mucho tiempo, por favor

-Está bien pero que sea rápido

Caminaron juntos hasta Slaussen's para tomar un helado, una vez dentro ordenaron sus helados a la mesera y surgió un silencio incómodo para ambos hasta que....

-Bien –La miro -¿No saldrás conmigo a escondidas cierto?

-Creo que ya había sido clara Lorenzo

LA DECISION DE HELGADonde viven las historias. Descúbrelo ahora