Natali
Yo era una chica sin padres, debido a que el destino me los arrebató, sin ni siquiera importarle los estragos que causaría en mi vida.
Iba a la universidad como cualquiera. Aspiraba a ser algo en la vida, o eso suponía. Solo había un motor en mi vida: venganza.
—Hola Natali —me saludó Karen.
—¿Qué tal Karen?
—Te ves terrible —dijo ella.
—Me siento así.
—¿Qué ocurre?
—Lo mismo de siempre, ya sabes estar en clases todo el bendito día.
—Claro.
Las clases empezaron y no me quedaba más opción que ver la exposición de la clase, aunque no entendiera nada en absoluto.
Al final de las clases, Karen y yo salimos juntas. Mientras caminábamos se nos acercó Andrew.
—Natali —me alcanzó y se puso en frente mío—, quería saber tu respuesta.
Andrew, me había pedido ser su novia. Mi respuesta era lo único que faltaba, y esa era «NO». Digamos que nada tenía que ver con él, no es que fuera feo ni nada por el estilo, es más, si yo fuera... diferente, habría aceptado, y lo hubiese presentado a mis padres muy orgullosa, pero no era así, las cosas eran diferentes. Yo tenía miedo, miedo a perder a alguien más.
Andrew, ese chico guapísimo de unos ojazos castaños que te atrapaban en un momento, con un cuerpo muy bien trabajado, se merecía algo mucho mejor que yo. Sí, Natali Palmieri estaba rota tanto por fuera como por dentro. Y no quería que nadie se tomara la molestia de tratar de arreglarme, porque era consciente de que si alguien intentaba unirme pedazo a pedazo... con el transcurso esa persona iba a acabar tan destrozado como yo.
—Escucha Andrew, eres un gran chico, y sé que muchas chicas querrán estar contigo, pero yo no —vi como me observaba con los ojos apagados—. Lo lamento en serio.
—Por qué —dijo él.
—Porque estoy tratando de salvarte. Yo no soy buena para ti, y me refiero a que no te merezco, solo conseguiría hacerte daño.
—Natali...
—Trata de comprender Andrew, y ya no insistas.
Dicho esto, Karen y yo seguimos caminando, pero ahora en silencio. Ella sabía que cuando no quería hablar, era mejor no insistir.
Al llegar a casa, lo primero que hice fue beber un vaso de agua. Estaba confundida, y me sentía miserable.
Unas horas después, Karen llegó a mi casa. Nos quedamos charlando el resto del día.
—Oye, Andrew se veía mal —dijo ella.
—Ya se le pasará, solo es una decepción amorosa. Créeme lo superará en cuanto vea a una chica más hermosa que yo.
—Eres mala persona ¿lo sabías? —ella se rió.
—Con la mayoría, pero contigo no Karen.
—Ya sé que me quieres.
—Ni te creas —ella hizo cara de ofendida, y luego me tiró con una almohada, yo hice lo mismo y nos pasamos horas y horas jugando de esa manera.
Pensaba ser lo más normal posible, hasta que encontrara a la persona que me quitó todo lo que tenía.
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Atrapada
Teen Fiction¿Será cierto eso de que el amor lo puede todo? ¿Será el amor suficiente para huir de un destino que te impusieron? Y lo más importante... ¿Será el amor más fuerte que la sed de venganza?