16 | TELL A STORY TO THE MOON, NEVER TELL IF THIS IS REAL

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16 | Cuéntale una historia a la luna, nunca le digas si esta es real 


—¿Sabes la diferencia entre un ángel y un cazador?

—El cazador es el de caperucita roja y el ángel es como... no lo sé—contesté medio dormido entre sus brazos.

—Un cazador tiene un trabajo que hacer, un punto que lograr.

— ¿No tienen los ángeles un punto también?

—Supongo ¿Y si fuera ambas cosas?

—No sé cómo sería eso—admití, necesitaba un cigarrillo tal vez, YoonGi no me dejaría salir de la cama para tomar uno en su ventana.

—Un cazador y un ángel no pueden ser tan diferentes.

—No sé de qué estás hablando—admití resignado, mis ojos pesaban y las sabanas se sentían oprimentes a mi alrededor, quería bajarme de su cama y alejarme de todo, de lo que estaba haciendo, de lo que había hecho antes de eso.

— ¿Te importa si te cuento una historia? —preguntó desde sobre mi cabeza, resignado conmigo mismo me baje de la cama, tome mis pantaloncillos y me senté sobre el piso frío y blanco.

—Pero que sea aquí—me acomode contra la pared, sobre mi cabeza la ventana clama la oscuridad de la noche.

YoonGi se levantó descalzo llego a mi lado, comenzó viendo el techo hasta que se cruzó con mis ojos.

Los cazadores alguna vez fueron los mejores, hacían su trabajo y era fácil.

Pero con el tiempo se dieron cuenta que algo no estaba funcionando bien.

Los humanos no querían vivir tanto como querían morir, entonces los cazadores fueron reemplazados por ángeles.

Los seres más llenos de bondad, aquellos que se negaron a ser cazadores fueron quienes recibieron el cargo.

Cuidando así de las almas que alguna vez los cazadores recolectaron.

Eso tampoco funcionó del todo bien, los humanos entonces ya no querían morir, aunque fuera su momento.

Los ángeles y los cazadores fueron enemigos hasta que algunos de ellos, en cause de amor encontraron la solución. Fue sencillo decir que, si un cazador y un ángel pueden amarse, también pueden complementarse.

Entonces se volvieron uno, los cazadores dejaron de ser cazadores y los ángeles dejaron de ser ángeles.

Los cazadores aprendieron a cuidar de aquellas almas que alguna vez arrearon como ganado y los ángeles aprendieron cuando rendirse y dejarlas seguir su camino de una u otra manera.

Aquellas almas que merecían vivir comenzaron a vivir y aquellas que no también encontraron su camino a casa.

El equilibrio era perfecto.

— ¿Qué está mal con tu historia? —susurré perdido en el surrealismo del momento.

Entre más tiempo pasa más humanos se vuelven, entonces si un ángel sabe cuándo rendirse, no es un ángel. Si un cazador sabe cuándo ceder ante su presa no es un cazador. Los propósitos divididos trajeron un desequilibrio.

— ¿Y qué paso entonces?

—Solo algunos fueron de este modo, la mayoría pudieron conservar su alma de cazador o ángel a la perfección, pero algunos que son llamados fallas.

—Los ángeles jamás llamarían a alguien una falla.

—Si un ángel deja de comportarse como uno, es una falla JiMin.

— ¿Quién decide que es una falla?

—Él mismo lo hace, entonces él sabe cuándo rendirse, cuando ceder, porque no es un ángel, no es un cazador.

— ¿A qué viene esta historia? —pregunté jugando con la tela de mis pantaloncillos entre mis dedos.

—A que sepas cuando rendirte, cuando ceder y cuando continuar ¿no es obvio acaso? —preguntó acercándose a mí para tomarme por los hombros, su sonrisa parecía forzada y sus ojos hundidos, había rastros de lágrimas que nunca existieron, pero que alguna manera siempre sentí que estuvieron ahí. 

WHITE PALACE [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora