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capítulo uno
el comienzo de todo
————————Pocas veces en su vida había preparado algo como ese día. Su grupo completo de amigas había estado horas encontrando el outfit perfecto. Los zapatos, las polleras, los tops; todo había sido elegido con mucha precisión.
—Hoy se me da, carajo—dijo Camila, su mejor amiga, y la cumpleañera además. Tenía un atuendo despampanante, mucho más que el suyo. Pero no estaba celosa, ¡al contrario! Se trataba de su mejor amiga, ¿cómo podía siguiera pasarsele por la cabeza ponerse celosa porque una este más linda que la otra? ¿Acaso esas cosas pasaban en la vida real?
Valentina llevaba un look tranqui. Jean, body al cuerpo. Pero tranqui. Ella no esperaba nada de esa noche. Se conformaba con que no hiciera frío.
Sus demás amigas también estaban potrisimas. Sin duda habían esperado ese día con ansias.
La presencia del nuevo chongo de Cami las traía locas desde hacía tiempo. Y no solo eso, sino también a los amigos de él.
—¿Ya están todas listas?—pregunto Nati, otra de las chicas.
Cuando todas terminaron de responder decidieron llamar a un Uber. Bueno, a tres.
En el trayecto hasta el boliche Valentina decidió subir una foto del día para retratar el momento en sus redes sociales.
[×]
—No puedo, Tucu.Gonzalo se negaba a ir. No podía permitirse algo como aquello. ¿Escaparse de la concentración?
Bueno, en realidad salir una noche no era el fin del mundo. Sabía que todo estaría bien si no tomaba alcohol y volvía antes de las siete de la mañana. Pero igual, él era un pibe tranquilo cuyo principal objetivo era cumplir con sus obligaciones. Y eso iba a hacer.
—¿Vos me estás jodiendo, pelotudo?—su compañero de equipo, Exequiel Palacios, lo miraba sin poder creérselo. Él lo miraba desde la puerta de la habitación, vestido para salir: camisa, jean negros y zapatillas de marca. Pero el otro, en cambio, llevaba solamente unos shorts de River y parecía más preocupado por renaudar su partido en el PES que por acompañar a su amigo.—Dale, andá a cambiarte.
Dicho y hecho. Montiel se tiró en su cama y toco el botón de su jostick para iniciar el juego que había pausado cuando su compañero de concentración. —Ni en pedo, ahora no puedo.
La boca del tucumano no pudo abrirse más. —Decime por favor que no vas a dejar de salir a bailar conmigo para quedarte jugando a la play porque te juro que lo llamo a mi representante y le pido que apure los trámites para irme a Madrid y no verte la cara nunca más.
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THE PSYCHOLOGIST | Gonzalo Montiel
FanfictionGonzalo solo quería volver rápido a la concentración. Valentina solo quería conservar su trabajo.